Toni Curuné: El nuevo arquitecto del futuro del fútbol balear

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Toni Curuné, a la derecha, estrecha su mano a Horrach.

El fútbol balear está a punto de entrar en una nueva era, y el ibicenco Toni Curuné se prepara para ser una pieza clave en este proceso. La Junta Electoral de la Federación de Fútbol de las Islas Baleares (FFIB) validó este martes la única candidatura presentada para la presidencia, con Jordi Horrach a la cabeza. Sin embargo, la figura que también destaca en este nuevo liderazgo es la de Curuné, quien asumirá la vicepresidencia, un rol que promete traer consigo una renovación y una visión fresca al deporte en las islas.

Curuné, conocido por su incansable labor como presidente de la Penya Independent de Sant Miquel, ha construido su reputación como un dirigente comprometido y cercano a la comunidad futbolística de Ibiza. Bajo su liderazgo, la Penya Independent ha experimentado un crecimiento notable, consolidándose como uno de los clubes más representativos de la isla. Ahora, como vicepresidente de la FFIB, Curuné tiene la oportunidad de extender su influencia y trabajar en beneficio de todos los clubes que forman parte de la federación.

La decisión de Horrach de contar con Curuné en su equipo no es casualidad. Ambos comparten una visión de trabajo que se centra en la inclusión y el desarrollo a largo plazo del fútbol balear, especialmente en la formación de jóvenes talentos. Con su experiencia en la gestión deportiva y su profundo conocimiento del fútbol en Ibiza, Curuné aporta un equilibrio fundamental a la directiva de la FFIB, complementando la trayectoria y el enfoque más amplio de Horrach.

En sus primeras declaraciones tras la proclamación, aunque sin hacer promesas grandilocuentes, Curuné ha dejado claro que su compromiso es total. Su llegada a la vicepresidencia simboliza un reconocimiento a su trabajo en el ámbito local, así como una oportunidad para que el fútbol de Ibiza tenga una voz más fuerte y representativa en el contexto balear.

El reto que tiene por delante es mayúsculo, pero Curuné no está solo. Con el respaldo de Horrach y un equipo de trabajo cohesionado, el nuevo vicepresidente de la FFIB se enfrenta a la misión de transformar la federación en una entidad que realmente refleje la pasión y el esfuerzo de los clubes que la integran. El fútbol balear, bajo la mirada atenta de Curuné, se prepara para un futuro que, con trabajo y dedicación, promete ser tan prometedor como ilusionante.

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