¡Levad anclas y a celebrar, amigos del remo! Así cerró cortinas el Campeonato del Mundo Embarcación Fondeada Clubes, dejando tras de sí una estela de emociones y competencias reñidas. La noche del jueves, a las 20:00 horas en punto, el Hotel Tropic Garden se convirtió en el epicentro de la alegría náutica, donde los asistentes, con la brisa aún en el rostro, compartieron anécdotas de una semana de pura adrenalina.
Desde el lunes, los remos cortaban el agua al ritmo de los corazones expectantes. Aunque una juguetona tormenta intentó amargar el inicio, sólo consiguió posponer la emoción al martes. Luego, del miércoles al viernes, el viento fue favorable y las aguas se mantuvieron tan tranquilas como el ánimo de los competidores.
Italia, en la cresta de la ola
El equipo de ASS Lenza Emiliana Tubertini se alzó con el título de campeones del mundo, demostrando que sus remos son tan firmes como su espíritu competitivo. No muy lejos detrás, los equipos españoles de Guardamar y Mar Esport mostraron que tienen madera y, sobre todo, que el agua salada corre por sus venas.
En la ceremonia de clausura se repartieron trofeos y reconocimientos a aquellos que, sin aparecer en los titulares, aseguran que todo vaya sobre olas y no sobre ruedas. Un saludo al timón firme de la Marina Santa Eulalia, el apoyo constante de Forn Can Bufi, y los hospedajes de Garden Hotels y Capricho, sin olvidar a las instituciones que anclaron el evento en puerto seguro: el Ayuntamiento de Santa Eulalia y el Consell de Eivissa.
Un agradecimiento a babor y estribor
La organización extendió una red de gratitud hacia la FIPS-MA y la Federación Española y Balear de Pesca, quienes depositaron su confianza en el Club Náutico Santa Eulalia para organizar una regata de tal calibre.
Así, con el sol poniéndose y las velas recogidas, los participantes y espectadores dejaron atrás el Tropic Garden, llevándose recuerdos imborrables de una competición que, como las mejores historias de mar, será contada y recontada cada vez que el viento sople a favor y las aguas inviten a zarpar. ¡Hasta la próxima marea, navegantes!