El regreso triunfal del Class Sant Antoni: Una historia de resiliencia y baloncesto

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¿Se había ido alguna vez? El Class Bàsquet Sant Antoni definitivamente dice que no. Pero, ¿acaso no se siente un poco así después de esos golpes duros que son las derrotas? ¡Vamos, que dos jarros de agua fría seguidos no los aguanta nadie! Pero este sábado, oh, este sábado, el equipo ibicenco decidió que ya era hora de secarse y volver al ruedo con una victoria que sabe a gloria: un convincente 60-77 contra el Sandá Electroclima CB L’Hospitalet. Y como si los astros se hubieran alineado, el liderato se pone a tiro de piedra gracias al tropiezo del Odilo Cartagena ante el Maderas Sorlí Benicarló (77-71). ¡Que tiemble el líder, porque Sant Antoni viene con todo!

Ahora, ponte cómodo y prepárate, porque la lucha por el campeonato está que arde. A falta de dos jornadas para el final de la fase regular, el sueño está complicado pero lejos de ser imposible. El equipo de David Barrio no solo necesita ganar sus próximos encuentros, sino también cruzar los dedos para que los cartageneros tropiecen al menos una vez. ¿Difícil? Claro. ¿Imposible? En absoluto. Y si el primer puesto se resiste, que se prepare el segundo, porque aún no está en la bolsa.

El choque en L’Hospitalet fue un espectáculo de esos que te hacen aferrarte al asiento. El Sant Antoni, como si fuera una montaña rusa, tuvo sus altos y bajos pero supo sacar ese espíritu guerrero que lo caracteriza. La defensa se puso el mono de trabajo y en ataque, la maquinaria funcionó a pleno rendimiento, especialmente gracias a dos titanes: De la Rúa y Grimau, que no solo superaron la veintena en valoración, sino que dieron una lección magistral de cómo se juega al baloncesto.

Pero, ¿empezamos con susto? Por supuesto. Que no se diga que al Sant Antoni le gusta lo fácil. Después de un primer cuarto de tú a tú, el equipo supo remontar un segundo cuarto que pintaba gris, con L’Hospitalet poniéndose por delante gracias a un inspirado Wilson III. Sin embargo, el capitán Grimau y una cesta de tres de Uclés empezaron a inclinar la balanza, demostrando que este equipo tiene tanto coraje como talento.

Y cuando llegó el tercer cuarto, amigos, el Sant Antoni soltó el martillo: un aplastante 9-22 que dejó el partido visto para sentencia. El último periodo fue un mero trámite, una demostración de cómo se gestiona una ventaja y se cierra un partido con solvencia.

Así que, ¿quién dijo miedo? El Class Bàsquet Sant Antoni está más vivo que nunca, demostrando que la resiliencia y el trabajo en equipo son la clave del éxito. La liga está que arde, y este equipo ibicenco está listo para dar la batalla hasta el final. ¡Que tiemblen los rivales, porque el Sant Antoni viene pisando fuerte!

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