En las primeras horas de este sábado, la comunidad de Ibiza y el mundo del fútbol se han visto envueltos en una profunda tristeza tras conocerse la noticia del fallecimiento de quien fuera entrenador de la Sociedad Deportiva Ibiza Roberto Puerto Castells a la edad de 81 años. Su partida marca el fin de una era en la que su figura se erigió como un pilar fundamental dentro del deporte ibicenco, siendo ampliamente recordado y respetado por su contribución al fútbol de la isla.
Nacido en Barcelona, la trayectoria profesional de Puerto abarcó una vasta experiencia en el ámbito futbolístico, habiendo dirigido a numerosos equipos antes y después de su emblemático paso por Ibiza. Entre ellos se encuentran La Salle Bonanova, Malgrat, Mataró, Gramanet, Hospitalet, Sant Andreu, Manlleu, Mollerussa, Balaguer, Olot, y Peralada, además de desempeñarse como secretario técnico en el Sant Andreu. Sin embargo, fue su papel como entrenador de la Sociedad Deportiva Ibiza el que le granjeó un lugar especial en el corazón de la isla, dirigiendo a un equipo legendario que logró el ascenso a la Segunda División B en la temporada 1991-1992.
Su capacidad para crear y liderar un equipo competitivo quedó demostrada con la formación del día del memorable ascenso, integrada por Vicente, Cruz, Nico, Carlos, Correa, Jiménez, Cristo, Pepín, Vicent, Artabe y Ormaechea. Este logro no solo fue un hito deportivo para el club sino que también afianzó el vínculo entre Puerto y la afición ibicenca.
Personajes destacados del ámbito deportivo, como Tolo Darder, exdirector deportivo de Sa Deportiva, y Juanjo Cruz, han expresado su pesar y reconocimiento hacia la figura de Puerto. Darder, quien apostó por él para el banquillo ibicenco, lo recuerda como una gran persona y un inteligente amante del fútbol que logró enamorar a toda la isla con su visión y estrategia deportiva. Por su parte, Cruz, destaca la importancia de las amistades forjadas en el campo y alaba la capacidad de Puerto para conformar un equipo altamente competitivo, pese a las dificultades económicas que enfrentó el club.
La influencia de Puerto trascendió lo meramente deportivo, creando una conexión especial con sus jugadores y con la afición. Fue reconocido no solo por sus exigencias tácticas sino también por su cercanía y liderazgo, características que lo convirtieron en un referente dentro y fuera del campo. Su legado permanecerá vivo en los recuerdos de aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo y de ser partícipes de su proyecto futbolístico, que dejó una huella indeleble en la historia del fútbol ibicenco.
Roberto Puerto será recordado no solo por sus logros deportivos sino también por su humanidad, su pasión por el fútbol y su impacto positivo en las vidas de muchos. Su partida deja un vacío en el corazón de Ibiza, pero su legado perdurará como un testimonio de su amor por el fútbol y su compromiso con la excelencia en el deporte.
Fuente: Periódico de Ibiza y Formentera.