La casa del basquet

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Son las 18.30 horas de un sábado en el Pabellón de Sa Pedrera. La instalación lleva ya unas horas perfectamente preparada para la disputa de un nuevo partido del Class Bàsquet Sant Antoni, equipo de LEB Plata y que es la punta de lanza de la entidad de Portmany. Decenas de personas del club isleño, que funciona como una auténtica familia, han estado trabajando incansablemente para que la instalación esté perfecta para un espectáculo que va más allá del baloncesto. Todo para vivir una nueva jornada en el Teatro de los sueños del CB Sant Antoni.

El club nació en 1998, pero en los últimos tiempos su crecimiento ha sido espectacular. El impulso, tanto en el equipo sénior como en la promoción de la cantera y otros estamentos, ha hecho que el Sant Antoni pase a otra dimensión. Algo que queda reflejado en la estructura de la entidad y en su conexión con el aficionado, el pueblo y la isla. Una relación que se ve, se percibe y se palpa en cada uno de los encuentros que disputa en Sa Pedrera el primer equipo portmanyí.

La fiesta arranca antes de cualquier enfrentamiento. El prepartido incluye música, proyección lumínica en la fachada del pabellón y un bar, con lo que se consigue un excelente ambiente previo antes de los duelos competitivos. Mientras los jugadores calientan o se preparan para el partido, fuera del pabellón ya comienza el espectáculo. Cientos de personas se reúnen cada quince días para vivir una gran fiesta, que continúa después en la cancha. Además de un videomarcador mejorado, el club ha incorporado esta temporada una presentación de los jugadores locales mucho más espectacular, con un juego de luces y unos pivotes leds que acompañan la salida de los baloncestistas, que desde esos primeros instantes ya reciben el calor del público.

Por otra parte, el CB Sant Antoni ha dado continuidad al proyecto de grada joven, en el que tienen cabida todos los niños y niñas de la isla que quieran pasar una tarde viendo baloncesto e impregnándose de la magia de este bonito deportivo. La peña Es Verro continúa activa y es uno de los pilares de la animación de los partidos, en la que también se incluyen las castanyoles del ball pagès y otras iniciativas puntuales para generar todavía un mejor ambiente. Se sigue también con la política de repartir invitaciones entre los clubs de la isla, haciendo partícipes a todos ellos de la fiesta del baloncesto. Además, el ‘speaker’ del pabellón es el encargado de ‘calentar’ a la afición cuando se requiere de su apoyo.

Otro punto de crecimiento son las retransmisiones que lleva a cabo el club a través del Canal FEB TV, en el que se pueden ver los partidos que el Class Sant Antoni juega como local. Un narrador y un comentarista ponen la voz de los encuentros que disputan los sanantonienses en Sa Pedrera. Cada vez se utilizan más y mejores recursos técnicos para que estas emisiones sean un añadido más a lo que ofrece el club ibicenco. Todo para estar al lado de la afición y posibilitar seguir los encuentros a aquellos que no se acerquen al pabellón.

Pero son los jugadores los que ponen el espectáculo y la pasión con su juego. La comunión con el público es total, y es algo que se puede comprobar cuando acaban los partidos. Los integrantes de la plantilla agradecen el esfuerzo a sus aficionados y luego rodean la pista saludando a los espectadores que están sentados en localidades a pie de cancha, normalmente con la música de ‘Sweet Caroline’ sonando. Además, ya es habitual que el equipo que entrena David Barrio se dirija a la peña Es Verro, festejando al estilo nórdico cada una de las victorias que se consiguen. La fiesta continúa después, en el bar que se monta cada fin de semana, en el que los aficionados pueden disfrutar de una bebida e incluso reponer fuerzas con la comida que se prepara: bocadillos, arroces, coques y un largo etcétera. Un postpartido que se puede compartir muchas veces con algunos jugadores, que no dudan en quedarse para conectar un poco más con sus seguidores más acérrimos.

Mientras tanto, un grupo de integrantes del club pitiuso lleva a cabo el desmontaje de sillas y otros elementos para dejar la instalación lista para su uso de nuevo. Todo un engranaje que funciona a la perfección en un club que no deja de crecer y que ha convertido los partidos del Class Sant Antoni en mucho más que baloncesto. El proyecto sigue mejorando día a día.

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