Ibiza y Mirandés empataron a dos en Anduva en un partido en el que el equipo celeste perdió dos puntos en el último suspiro. Fuzato sostuvo con vida a los ibicencos durante todo el partido con sus milagrosas intervenciones. Un tempranero gol de Herrera y otro golazo de Diop pusieron por delante al cuadro pitiuso en dos ocasiones, pero el empuje de los locales hizo que lograran el empate en la última jugada del encuentro.
El Ibiza arrancó de forma inmejorable el partido. En su primera llegada consiguió el primer gol del encuentro. Javi Serrano robaba un balón en el medio del campo y asistía a Julis. El checo pasaba al primer toque a Herrera, quien recibía bastante lejos de la portería rival. El canario vio al guardameta fuera de sitio y sorprendió con un disparo lejano que se alojó en el fondo de la red, haciendo el primer gol cuando había aún aficionados llegando al estadio.
A partir de ese momento, el Ibiza jugó mucho más relajado, con la sensación de tener el control del partido. Las ocasiones se repartieron entre ambos equipos, siendo un encuentro igualado durante toda la primera mitad. Las dos más claras durante la primera parte fueron, además del gol, otra de Herrera con un disparo que se marchó fuera y otro golpeo con el exterior de Julis que se marchó arriba. Para el Mirandés, la más clara la tuvo Raúl a los 10 minutos de partido. Fuzato sacó una mano salvadora que evitó el empate de los locales.
La igualdad se mantuvo hasta el minuto 40. Pinchi forzó y luchó un balón escorado en el córner izquierdo al conseguir sacar oro de una jugada que parecía acabada. Su entrega le permitió llevarse el esférico e internarse en el área celeste. Tan solo tuvo que darle un pase a Raúl, quien esperaba dentro del área pequeña, para empujar la pelota a la red por debajo de las piernas de Fuzato.
En la segunda parte, el Ibiza debía salir con un poco más de intencionalidad a la hora de ejecutar jugadas y generar peligro al rival, sobre todo por la necesidad imperiosa del equipo de conseguir los tres puntos. El conjunto unionista no salió al verde del todo mal, pero el Mirandés fue quien llevó el mayor peso del encuentro desde la reanudación. Incluso tuvo varias con mucho peligro, pero Fuzato, en su línea habitual, conseguía poner el candado a la portería celeste parada tras parada, haciendo fácil lo imposible.
En el 70, el Ibiza tuvo un veloz contraataque que sirvió para meterle el miedo en el cuerpo al Mirandés por primera vez en la segunda parte. Herrera cabalgó desde el centro del campo, internándose en el área justo a tiempo para cederle el balón a Ekain. El remate del vasco fue despejado por el guardameta y el posterior rechace le cayó a Williams. El chileno dio un pase atrás al balcón del área para Pape, pero el remate de Diop no tuvo apenas fuerza para generar peligro real.
Todo lo contrario al siguiente disparo del senegalés, a quien le dio por quitar las telarañas de la escuadra. Vaya golazo de Pape, con un golpeo precioso y efectivo que dejó sin palabras a Miranda entera y que puso por delante a los de Alcaraz a falta de pocos minutos para el final.
El gol cambió el partido en todos los sentidos. A partir de ese momento, el Ibiza supo gestionar a la perfección las diferentes situaciones que se plantearon, superando con creces al Mirandés e impidiendo que las jugadas de ataque de los locales llegaran con tanta asiduidad como las que se dieron antes del segundo gol ibicenco.
Fuzato siguió manteniendo vivas las constantes vitales del Ibiza. Sin embargo, poco pudo hacer en la última jugada del partido, cuando una jugada embarullada y difícil de defender permitió que el Mirandés lograra el empate con el tiempo casi cumplido. Un gol que supuso un verdadero jarro de agua fría para el Ibiza, robando de la forma más cruel dos puntos que parecían ya estar sumados en el casillero visitante. No hubo tiempo para nada más.
El próximo encuentro del Ibiza será en el Palladium Can Misses el sábado 8 de abril a partir de las 18:30 frente al Sporting de Gijón.