Víctor M. Victoria Un club vertebra desde hace una década la práctica del baloncesto en la pequeña de las Pitiusas: El Club Basquet Trasmapi Formentera. Cerca de 200 jóvenes permanecen enrolados en las filas de este serio club deportivo, que otorga un papel capital al trabajo en valores, y que vive en crecimiento desde los últimos años. Aún así, las particularidades del pequeño archipiélago condicionan el funcionamiento del club, que se ve privado de competir en competiciones seniors o formar equipos en todas las categorías.

La cabeza más visible del organigrama directivo es Manuel Mayans, quien no duda en destacar el carácter “social” que rige el funcionamiento de la entidad. “Nuestro principal objetivo es dar respuesta a la gente que quiere practicar baloncesto en la isla, sea en competiciones federadas o no. Competir es importante, pero mucho más la práctica del deporte en un ambiente sano y de formación para los más jóvenes”.

Tal es la apuesta formativa del Club Basquet Trasmapi Formentera, que desde la dirección técnica que dirige Àlex Coll se ha elaborado un ambicioso documento de casi 100 páginas que recoge la filosofía debe regir el buen funcionamiento del club. Allí se detallan cuáles son los cimientos estructurales de esta entidad deportiva, y en qué valores se debe formar a los más jóvenes para que la práctica del baloncesto trascienda la mera cuestión deportiva.

Compromiso, implicación, responsabilidad, comunicación, trabajo, respeto, disciplina o sentimiento de club son algunos de los aspectos que el club pretende conseguir de sus jugadores, sin mano dura, simplemente haciéndoles entender que su consecución será un preciado tesoro para el futuro. El documento también refleja, entre otros muchos aspectos, cómo se debe preparar un partido, qué aspectos no tienen cabida en un entrenamiento (desde golosinas hasta aparatos electrónicos) o cuáles son las normas en un entrenamiento.

Además, existen unas pautas básicas que deben marcar el trabajo en las diferentes categorías, que engloban desde el pequebasket (3 a 5 años), hasta el cadete masculino (14 y 15 años), pasando por iniciación, premini, mini e infantil. En total, compiten con la camiseta del club en competiciones federadas siete equipos, sin presencia, eso sí, de los equipos juniors o seniors, que también competían en años anteriores.

El éxodo de jóvenes de la isla para continuar sus estudios o aprovechar oportunidades laborales limita en buena medida la formación de los equipos en categorías más altas, aunque como afirma Mari Costa, encargada de toda la coordinación del club, “tenemos lista de espera para entrenar en las categorías más pequeñas”, lo cual refleja la buena salud de la que dispone el club.

El club también pretende seguir creciendo en la organización de las competiciones, con el 3×3 como máxima referencia. La entidad pretende poner en marcha esta temporada una competición local de este tipo, pues se ha convertido en una competición olímpica que cada vez gana más adeptos. “La singularidad de nuestra isla -reza el documento- nos ayuda a buscar fórmulas para cuando el tiempo no nos permite salir de ella para competir. Además, creemos que una liga propia en Formentera de 3×3 daría impulso y visibilidad al baloncesto”.

Las diadas de promoción para ganar adeptos también se quieren subrayar en el calendario, así como los torneos y competiciones fuera de la isla. Además, los entrenamientos amateurs están ganando cada vez más protagonismo, con sesiones de entrenamiento en el antiguo pabellón de la isla, y no se descarta la presencia de un equipo senior en el futuro. Porque como recuerda Manolo Mayans, “queremos dar una respuesta social a todos aquellos que quieren practicar baloncesto en la isla, sean de competición o no”.

Y paradojas de la vida, en estas sesiones amateurs, abiertas a todos aquellos que estén interesados en jugarlas, hay espacio para el más alto nivel de profesionalismo, con la presencia de un nombre propio con mayúsculas: Gianmarco Pozzecco. Un italiano de renombre, pues ha sido el entrenador de la selección de Italia en el reciente Eurobasket que ha ganado España, y que fue uno de los jugadores más laureados del baloncesto transalpino.

“Es un enamorado de la isla, donde acude siempre que la agenda se lo permite, y para nosotros es un honor tenerlo aquí. Hemos viajado a diferentes países para animarle y forma parte como uno más de la familia”, comenta el presidente del club. Obviamente, los objetivos deportivos del Club Basket Formentera distan mucho de los de Pozzecco, pero en cuanto a trabajo en valores, los formenterers no andan lejos de ser un auténtico club de referencia.

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