Que el Ibiza haya reanudado los entrenamientos en fase 1 de la desescalada, siendo el primer equipo de toda la Segunda B en hacerlo, no ha sentado muy bien a algunos clubes de la categoría, pese a hacerlo de manera totalmente legal, de acuerdo a las normas establecidas por el Consejo Superior de Deportes y con la autorización del Ayuntamiento de Vila. Algunas entidades han vertido acusaciones y han criticado a la unión deportiva que preside Amadeo Salvo, como, por ejemplo, el Atlético Baleares, que ha amenazado con no disputar el playoff exprés si los equipos no retoman los entrenos bajo las mismas condiciones sanitarias protocolorias “cuando se publiquen de verdad”, tal y como ha afirmado a IB3 el gerente del club baleárico, Guillermo Pisano.
Fuentes del Ibiza recuerdan que los protocolos para volver a los entrenamientos deben elaborarse desde los propios clubes, como en cualquier empresa privada o institución pública, siempre ajustándose a las indicaciones que marca la orden del Ministerio de Sanidad que se publicó en el Boletín Oficial del Estado el pasado 9 de mayo así como la resolución de la Presidencia del CSD del 4 de mayo. En ese documento se detallan las condiciones mínimas de seguridad e higiene y el resto de procesos informativos.
Este organismo –recalcan desde la entidad celeste– ha confirmado en varios medios de comunicación el derecho de los equipos que compiten en ligas consideradas como no profesionales para volver a ejercitarse en una instalación deportiva siempre que se respeten las indicaciones de las autoridades sanitarias en materia de limpieza, higiene, desinfección, control de temperatura, distancia de seguridad y acceso de personal autorizado
Los departamentos médicos y de seguridad en el trabajo del Ibiza, junto con expertos sanitarios del patrocinador del club, Power Electronics, han trabajado intensamente desde el 14 de abril para desarrollar un protocolo que ha empezado a aplicarse esta semana con el regreso de los futbolistas a Can Misses. El ayuntamiento de Eivissa tiene en su poder los protocolos con anterioridad a la referida orden ministerial.
En el estadio solamente podrán coincidir dos futbolistas, los dos miembros del cuerpo técnico con los que se ejercitarán –respetando una distancia de seguridad de diez metros–, dos fisioterapeutas y el responsable de la limpieza y desinfección de las instalaciones durante las sesiones de entrenamiento. Para aumentar la seguridad de los empleados del club, desde el Ibiza inciden en la importancia del cambio de rutinas que contempla el protocolo: el vestuario, la lavandería o la sala de prensa han sido clausuradas; el aforo en el despacho de técnicos, limitado a dos personas; el almacén se desinfecta exhaustivamente de forma periódica, y en la zona médica solamente solamente está permitida la entrada de dos jugadores y dos fisioterapias, que trabajan guardando una distancia de cinco metros entre las camillas.
Además, desde el Ibiza inciden en que todo el trabajo está siendo evaluado y monitorizado por una comisión de control que se reúne de forma diaria y está integrada por un miembro del cuerpo técnico, el médico de la entidad, un fisioterapeuta y el responsable de la limpieza y desinfección. Todos los empleados del club se sometieron a un test serológico el día anterior al inicio de los entrenamientos en el campo municipal, prueba que se repetirá antes del cambio a las siguientes fases de la desescalada.