El Ibiza viaja a Palma con el objetivo de que una fecha pase a la historia. El Atlético Baleares perdió su último partido como local el 16 de septiembre de 2018. Los celestes quieren actualizarla al 8 de marzo de 2020, poniendo fin a una racha balearica de veintiocho victorias casi consecutivas en casa. Entre medias se han colado apenas tres empates. En verano hubo mudanza de Son Malferit al Estadi Balear, pero la consistencia del equipo de Mandiola no se resquebrajó. Al revés, el regreso a su feudo histórico ha reforzado aún más a los blanquiazules.
De la Via Cintura solamente han volado dos puntos (empate a un gol contra el Castilla, 17 de noviembre de 2019) esta temporada. Suceder al Centre d’Esports Sabadell, el rival que derrotó al Baleares hace un año y medio, infunde “respeto e ilusión” a partes iguales a Pablo Alfaro. Así lo dijo ayer el entrenador del Ibiza en rueda de prensa: “En Can Misses tampoco ganaba nadie hasta que vinieron ellos”, recordó Alfaro a los periodistas que siguen la actualidad celeste antes de lanzar al viento un ¿por qué no?: “Va a ser un duelo semejante al de la primera vuelta al menos en cuanto a la igualdad. Si repasas la estadística de aquel partido, excepto en el gol, que ya vimos cómo fue, hubo mucha igualdad. Será un partido precioso entre dos de los mejores equipos de la categoría. Es un derbi y reúne todos los condicionantes para que sea una mañana de fútbol muy bonita, uno de esos seis o siete días especiales que nos brinda la temporada”.
Alfaro también recalcó las buenas estadísticas que su equipo ha acumulado lejos de Can Misses. Si el Baleares es el mejor local del grupo I –seguido por el Ibiza–, los celestes son la segunda mejor escuadra a domicilio. Refrendar esa condición después de caer en Ferrol y Boadilla del Monte puede ser un aliciente, un desafío, pero nunca una reválida. “El mejor reflejo de lo caro que va a ser ganar partidos a partir de ahora fue la jornada pasada”, dijo el zaragozano, “los tres de arriba fuimos de visitantes y los tres perdimos”.
El Baleares tiene tan solo dos bajas, las de Óscar Gil y Jordan. El Ibiza recupera futbolistas para un derbi que tiene mucha importancia sin ser una final a vida o muerte. Alfaro cuenta con toda su plantilla lista para jugar al no tener sancionados esta semana. Además, confía en que Fran Grima pueda llegar al derbi. “Tenemos diecisiete o dieciocho hombres que pueden jugar. No os voy a dar pistas, pero vamos a poner un once muy competitivo que, sin renunciar a nuestro estilo, se adaptará al escenario que nos vamos a encontrar”. El de un teatro donde el Baleares domina la escena desde hace treinta y una jornadas. Una eternidad para la cronología de un club de fútbol, quizás el mejor aval del buen trabajo que está haciendo Manix Mandiola. “No va a ser decisivo pero si ganas tienes la sensación de que estás bien, mejor que el rival, no solo son los puntos. Espero un partido intenso, con pocas ocasiones pero a veces es totalmente al revés”, explicó ayer el vasco cuando atendió a los periodistas tras el entrenamiento de su equipo.
Alfaro acaba de cumplir un año como míster celeste. En rueda de prensa repasó todas las cosas bonitas que ha visto desde que llegó a Can Misses y acabó mirando al futuro. “Todavía queda por disfrutar lo mejor”, dijo, quizás avisando a los “trescientos ibicencos que estarán con el Ibiza en Mallorca” de que los celestes pueden rendir una fortaleza que parece inexpugnable. El partido está llamado a erizar la piel, tanto en el césped como en la grada. De momento, como informan los blanquiazules, ya se han vendido casi tres mil entradas para un partido que, ante todo, será una fiesta.
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— UD Ibiza 🪖🩵 (@ibizaud) March 7, 2020