A Pablo Alfaro no le ha supuesto ningún dolor de cabeza disputar la quinta jornada en sábado en vez de jugar el domingo, como es habitual. Así lo ha explicado el entrenador del Ibiza en la rueda de prensa de esta semana, horas antes de viajar a Vigo para enfrentarse al Coruxo. «Todo lo que sea favorecer el deporte lo vamos a hacer, aquí o donde vayamos», ha dicho Alfaro, haciendo referencia al motivo del cambio horario: la disputa el domingo del Desafío Islas Cíes, un triatlón que reunirá medio millar de triatletas en la ría viguesa.
Enfrente tendrán los ibicencos al Coruxo, un clásico de la Segunda B. La 2019/2020 es la décima temporada seguida del cuadro gallego en el fútbol de bronce. Después de empezar la liga con dos tropiezos seguidos, el Coruxo ha sumado los seis puntos que se han puesto en juego durante los últimos quince días. Currículo histórico y trayectoria reciente son pistas que indican que sumar en O Vao, el primero sobre césped natural que jugará el Ibiza este curso, no será una tarea fácil. «Queremos ser ambiciosos y traernos los puntos para la isla, siendo dominadores y bajando el balón al césped, pero siempre desde el respeto hacia el Coruxo, un equipo experto, con una idea clara, que juega directo y tiene presencia física, que encaja pocos goles… El partido probablemente tendrá fases. Somos conscientes de que habrá que contrarrestar su juego y plantear alternativas que nos puedan venir bien», ha explicado Alfaro.
Entre risas, el entrenador del Ibiza ha confesado que no tiene «tan claro» que haya un once titular inamovible cuando los periodistas le han preguntado si las primeras jornadas han definido una alineación canónica: «Quiero tener dieciocho, diecinueve, veintiún jugadores enchufados. Los cambios son necesarios porque la gente, si se ve en una zona de confort, se acomoda. Con solo once o doce jugadores que sumaran no llegaríamos a ninguna parte». Alfaro se ha mostrado contento de disponer de suficientes variantes tácticas para adaptarse a las diferentes situaciones que se darán en partidos como, por ejemplo, el del Coruxo. Para el míster, lo ideal es combinar varias fórmulas y dibujos «sin volver loco a nadie».
Y, una vez más, el zaragozano ha apelado a la paciencia antes de abandonar la sala de prensa. Alfaro reconoce que, poco a poco, se van recogiendo los frutos de una cosecha que se empezó a sembrar durante la primavera pasada, cuando le llegó la oportunidad de entrenar al Ibiza: «Creo que estamos en el camino. Lo estamos trazando. Ahora que estoy en una isla he aprendido que cuando coges el ferry para ir a Dénia o Valencia y sales del puerto no piensas que ya estás atracando en el destino. Nosotros solamente llevamos cuatro jornadas y hay treinta y ocho. Queda mucho trecho y hay que echarle carbón al barco todos los días«.