El próximo 6 de abril aparece marcado en rojo en el calendario del boxeo ibicenco. El pabellón sa Blanca Dona de Ibiza acogerá una cita histórica, sin precedentes en el devenir de este espectacular deporte. Víctor Bonet, púgil de la isla, luchará por el título de Campeón de España para convertirse, así, en el mejor boxeador del país.
El ibicenco atraviesa, a sus 30 años, por un momento muy dulce. No ha perdido ningún combate desde que dio el salto a profesional, y atesora en sus guantes diez victorias y un nulo. Inmejorables guarismos para asaltar el cetro nacional, que defenderá el actual campeón John Manuel Carter Martínez, también invicto hasta la fecha.
“No va a ser fácil porque se trata de un rival muy duro, pero voy a tener mis opciones, estoy convencido”, aventura Víctor Bonet cuando se pronuncia sobre la esperada cita. Boxear por el cinturón de campeón en tu propia tierra no es una oportunidad que se presente todos los días. Por eso, en las distancias cortas, el ibicenco irradia una mezcla de prudencia y optimismo, sabedor de que el inmejorable marco, repleto de aficionados locales, puede jugar, y mucho, a favor de sus intereses.
Si hablamos en clave técnica, ¿dónde se puede decidir la pelea? John Carter es un boxeador que “presiona bien y tiene una derecha potente”. Por ello, Bonet, que compite en la categoría súper pluma (menos de 58,900 kgs), considera aspectos claves la “velocidad y agilidad”. “Yo soy un púgil más técnico, me muevo, esquivo, contragolpeo. No tengo una gran pegada y lo tengo que contrarrestar con el movimiento”.
Y es que pegar, lejos de los que muchos piensan, no es lo único importante en el boxeo. “También hay que evitar que te den a ti, estar muy espabilado. De nada sirve tener un garrote y ya está. Es importante saber bloquear, esquivar y contragolpear. Saber cuándo el rival está agotado. El boxeo es un deporte muy técnico, engaña mucho. La gente lo ve y piensa que solamente es pegar, pero no es así”.
Sus últimas semanas de entrenamiento van dirigidas, precisamente, a contrarrestar las virtudes del rival. Dobles sesiones, una matutina más física y otra vespertina más técnica en las instalaciones del Ibiza Boxing Club, donde se respira ambiente de algo grande. En total, tres horas de duro trabajo diario que bien merecen la pena por la preciada recompensa.
Bonet valora “muy positivamente” el estado actual del boxeo en la isla. “Vivimos un momento bueno. Hay tres gimnasios activos y están saliendo chicos jóvenes nuevos. Ahora hay una buena remesa que tiene buena pinta para el futuro”. “Normalmente –agrega- acuden entre 600 y 800 personas a las peleas que organizamos, pero estoy seguro de que esta vez vendrán más”.
En el transcurso de la entrevista, Bonet tiene tiempo para desmontar algunos de los tópicos que siempre han rodeado este polémico deporte. Uno de ellos, la supuesta violencia que se escenifica encima del ring entre ambos púgiles. “Con decirte que el 90% de los combates terminan con un abrazo entre los dos boxeadores, está todo dicho. Es un deporte noble. En mi caso, con todos los rivales ha habido cordialidad y un abrazo. No por ser boxeo hay gente diferente”.
Y para terminar, el ibicenco descarta mirar más allá del horizonte para pensar en otros retos. “Solo tengo en mente esta pelea, prefiero centrarme al 100% en el combate”. De momento, ha aparcado temporalmente su trabajo como buzo en pos de hallar el mayor tesoro de su carrera deportiva: el título de campeón nacional. El desenlace, el sábado6 de abril.