De los 3.330 minutos disputados en lo que va de Tercera División, Adrian Florin Bojan ha ocupado durante 2.892 el lateral izquierdo de la Sociedad Deportiva Formentera. Desglosando la estadística, las más de 48 horas que se ha pasado subiendo y bajando, robando pelotas y bregando en marcajes con los contrarios se dividen en 33 partidos jugados. Todos como titular. Solamente le han cambiado tres veces.
Números que demuestran que es más que un fijo entre los zagueros que posee Luis Elcacho en la formación rojinegra.
«Ha sido una grata sorpresa», comienza diciendo el técnico ilerdense cuando se le pregunta por este joven rumano al que califica (siguiendo el ejemplo de directivos, futbolistas y aficionados formenterenses) de «serio y trabajador». Para Elcacho, Adri «no es un líder, pero es uno de esos jugadores que todo entrenador quiere tener en su plantilla. Hace vestuario con su saber estar y dentro del campo es un portento físico: puede tirarse los 90 minutos subiendo y bajando la banda sin descanso y nunca pierde los nervios cuando defiende».
Resistencia y temple se dan la mano cuando se repasan las actuaciones del carrilero en su segunda temporada en el Formentera. Los colegiados no le muestran una amarilla desde la jornada 23 y tan solo se ha perdido un encuentro por acumulación de tarjetas. Tampoco sabe qué es una roja. «Es como tener a dos laterales izquierdos en el campo», le alaba Winde, uno de sus mejores amigos dentro del vestuario junto al también senegalés Armando. Para el máximo anotador formenterense, Bojan «es el mejor de la Liga en su posición»: «Las pocas veces que le regateas, te persigue y vuelve a ganarte la posición. Tenerlo en contra en los entrenos es una tortura. Suele pasar porque no se pierde ni uno».
Su defecto es el ataque
«El único defecto que puedo sacarle es que le falta paciencia en ataque. Sube mucho y alguna ocasión para marcar ha tenido; más que por no tener calidad para definir o centrar es por querer hacer las cosas demasiado rápido», explica Elcacho, quien da más valor a la faena que desempeña Bojan sobre el césped «porque compagina los entrenamientos con su trabajo de albañil».
«Desde que llegó, el club le encontró ocupación en una empresa de construcción de uno de nuestros directivos. El caso de Adri demuestra perfectamente la política del Formentera en este sentido: no pagamos sueldazos, pero intentamos que nuestros futbolistas complementen sus ingresos con otras actividades», apunta por su parte Felip Portas, presidente de un equipo que vivirá «otro partido histórico el domingo contra el Poblense». En caso de empate o victoria de los pitiusos, jugar el play-off de ascenso a Segunda B será una realidad.
Allí, y en el once inicial, estará Adri, formando la trinchera que protege al meta Marcos Contreras junto a otros habituales como Damián, Carlos Larra u Óscar Mayans. Exceptuando la segunda y tercera semana de enero, cuando tuvo que marcharse a su país natal debido al fallecimiento de su padre y se perdió los compromisos contra Montuïri y Collerense –curiosamente, el Formentera perdió ambos–, siempre ha estado disponible.
Pacto entre caballeros
«Tenemos un pacto entre caballeros. Soy consciente de que a las siete de la mañana él ya está trabajando y que, cuando viene a entrenar a última hora de la tarde, lleva mucha carga física encima. Por eso, hay veces que le doy un poquito de tregua y no le exprimo tanto», ahonda Elcacho. No contento de doblar la chepa entre semana, para Adri también labora los domingos.
«La pasión que siente por el fútbol, que es mucha», como explica Winde, le tiene acostumbrado a este tipo de sacrificios. Antes de integrarse en el multicultural vestuario de Sant Francesc (además de él y de los senegaleses, hay varios argentinos, un italiano y un marroquí), vareó olivos en Martos (Jaén), donde ya disputó partidos en la Tercera de la Andalucía oriental. En las Pitiüses aterrizó gracias a la recomendación de un medio argentino llamado Román. Con él había trabado amistad en tierras jiennenses y se ganaron un sitio en el sistema de Miguel Ángel Ruiz, el míster del ascenso desde Regional.
«Aquí te integras rápido, somos una piña. Adri es un ejemplo. Cuando le pasó lo de su padre le apoyamos muchísimo», resume Winde. Entrar en play-off sería más que un simple premio deportivo para ellos. Supondría devolverle a la afición (contra los de sa Pobla podría superarse el tope de 600 aficionados: no se cobrará entrada en el municipal) el soporte incondicional de los últimos años, el mismo cariño que ha hecho sentirse al infatigable lateral izquierdo como en casa, pese a haberse mudado al otro extremo de Europa persiguiendo un balón.
Ablye, el aficionado rojinegro más precoz, entre el ´10´ de su padre y el ´3´ de su tío
Además de conseguir mezclar con sacrificio su trabajo y su pasión, residir en Formentera le ha dado también «una familia» a Adrian Bojan, que vino al mundo en Dej, una localidad transilvana que dista 55 kilómetros de la más conocida Cluj, y que como las Pitiüses también es famosa por ser una zona que históricamente ha producido sal, en el caso rumano, extraída de minas. El lateral se ha «emparentado» con Winde al iniciar una relación sentimental con Tila, la hermana de la esposa del atacante senegalés. «Estoy encantado de que sea mi cuñado. Como amigo tengo que decir que es una persona muy leal. Además, se lleva genial con mi hijo Ablye», comenta el subsahariano, que ha encontrado «a un tío perfecto» para su retoño de tres años.
Al chavalín ya le atrae el balompié, da sus primeros pases en el equipo más joven de la SD Formentera y ya se ha convertido en uno de los aficionados más precoces del conjunto de Luis Elcacho. Rara es la cuenta de Facebook en la que uno de los jugadores del equipo pitiuso no aparece con el sonriente pequeñajo en brazos.
«No se pierde ni uno solo de los partidos de casa y hasta ha intentado colarse en el vestuario cuando el míster da la charla», relata entre orgulloso y divertido Winde. Eso sí, en la pequeña zamarra en la que embuten a Ablye para animar a los formenterenses luce el ´10´ de su progenitor y no el ´3´ de su tío. «Sus ídolos somos los dos, pero su padre es su padre», zanja divertido el punta.