Rodado la metió, sin querer, en la portería contraria a los cinco minutos y al San Fernando se le puso el partido cuesta abajo. Los gaditanos arrancaron un punto de Can Misses gracias a ese “infortunio”, como definió Fran Grima el autogol de su compañero, que lastró a la Unión Deportiva Ibiza. Los celestes tuvieron que remar el resto del partido a contracorriente y salvaron la papeleta con un cabezazo que Gonzalo convirtió en el empate uno.
El juego que propusieron tampoco acompañó a los locales. El debut de Pablo Alfaro en el banquillo ibicenco deja bastantes novedades en la pizarra pero, de momento, poco efecto en el campo. Con Núñez de pivote y el tándem Chavero-Provencio de interiores la idea era tener el balón. El plan, no obstante, salió mal. Provencio no es de momento el futbolista diferencial que se suponía. A Chavero se le queda grande actuar en posiciones adelantadas por un tema físico. La sombra de Iosu si no vuelve a la titularidad puede ser alargada.
Sin fútbol a la vista, tras ponerse por delante, era el San Fernando quien más disfrutaba de la situación. Le faltaban sus tres goleadores (Carri, Franch y Pedro Ríos) y encontrarse con un tanto a las primeras de cambio fue agua de mayo. El de José Herrera es un equipo rocoso y canchero. Con Cirio exiliado en la banda derecha y Giner demasiado estático en la izquierda era imposible abrir la lata andaluza. Un saque de esquina de Bonilla que casi se convirtió en gol olímpico fue la ocasión más clara del Ibiza junto a dos remates de Núñez y Rodado que Rubén Gálvez, el portero del San Fernando, fue hábil para despejar.
La segunda mitad trajo nuevas variantes. Alfaro le dio galones a Armenteros, que sustituyó a Provencio. El argentino respondió bien. Dio algo de toque y calidad a un Ibiza que, sin lujos, buscó al menos la portería contraria. Una hora de juego necesitó Cirio para irse en velocidad en zona de tres cuartos. Poco después vendría el gol de Gonzalo. El propio Cirio sacó el córner. Como muchos en la grada piensan, el catalán es uno de esos operarios que siempre, esté brillante, notable o regular, deja algún motivo que justifique su sueldo. El empate fue respondido por el San Fernando, que hurgó sin demasiado énfasis en las dudas de un Ibiza demasiado deslabazado. El peligro fue más una sensación que ocasiones concretas.
El partido languideció y muchos aficionados empezaron a abandonar Can Misses. A los gaditanos les convenía el empate porque mantenían al Ibiza a ocho puntos, pese a renunciar a meterse en el playoff aprovechándose del tropiezo del Melilla. Al Ibiza tampoco le amargaba la igualada porque, aunque es un claro paso atrás en la lucha por el playoff, peor es comenzar el borrón y cuenta nueva que ha supuesto el desembarco de Alfaro con un tachón. Luego, claro, llegó la doble ocasión de Rodado y Cirio -resuelta con dos paradones de Gálvez- dejando la certeza de que, de haber podido apretar más a su rival, el Ibiza debería haberse ido hoy a dormir más cerca del cuarto puesto.