Un aficionado del Formentera, anima a su equipo en el Municipal de Sant Rafel. |
Con 1.500 euros recaudados por encuentro, es el único club pitiuso capaz de cubrir con la taquilla los 580 del arbitraje
Decir que la Sociedad Deportiva Formentera y el Atlético Isleño empatarían en la guerra por ser la mejor afición de la Tercera División puede sonar a risa. Sin embargo, el número de socios que tiene cada club es parejo, ya que ambas directivas afirman contar con 350. Dejando de lado la teoría, odiosa es la comparación entre la hinchada formenterense –la más abundante de la categoría en la temporada del regreso de los rojinegros a la Tercera División– y los pocos seguidores que acompañan en casa al club de Vila cada quince días.
El Formentera puede presumir de haber metido a 6.620 espectadores en su terreno de juego a lo largo de sus 14 partidos como local. Ni la paradoja de haberse dejado la mitad de los puntos en su feudo ahuyenta a sus parroquianos, una media de 472 por encuentro, probablemente, la más alta del grupo XI. Mientras en la menor de las Pitiüses (10.757 habitantes) las gradas se llenan de banderas, tambores y cánticos, Can Misses lleva dos cursos exhibiendo cemento. Con un promedio de 121 aficionados, el Isleño demuestra que «ser el club representativo de Vila (49.768 habitantes)» –el reto que se propusieron sus dirigentes cuando subieron a Tercera hace casi dos años– es un traje que se le queda tan grande como el Municipal con su aforo de 4.000 espectadores.
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