Tras una tempestuosa temporada en División de Honor, este año han llegado aires de calma al municipal de la Villa del Río en cuanto a su escuadra juvenil se refiere. La Peña Deportiva de Edu Amoedo, pese a ser un descendido de la máxima categoría, sabía desde el principio de sus limitaciones y el objetivo siempre estuvo claro: la permanencia. Y en ello están. A falta de 12 jornadas para acabar el curso, el bloque peñista marcha décimo en la tabla con 31 puntos, 6 más que el Manacor B, cuarto por la cola y equipo que marca ahora mismo el descenso a Preferente.
“La temporada está siendo mejor de lo que esperábamos”. Así de contundente se muestra el técnico blanco, que se estrena esta temporada en el cargo tras sustituir a Raúl Casañ. “Desde el primer momento nuestro objetivo ha sido no bajar a Preferente. A día de hoy estamos cerca de conseguir la salvación de manera virtual, que estaría entre los 37 y los 40 puntos. Estamos contentos. Ahora toca rematar la faena y respirar tranquilos”, valora un Edu Amoedo que no tiene ningún reparo en desgranar todo lo que rodea a su equipo y al universo del fútbol juvenil.
“Formar el equipo no fue fácil. No quedó ni un solo jugador de División de Honor y tuvimos que formar un bloque desde cero, buscar jugadores fuera del club. Nos encontramos un grupo muy heterogéneo, con juveniles de primer, segundo y tercer año. Gente de Vila, de Sant Antoni, de Santa Eulària. Chavales con motivaciones diferentes. Todo esto añade dificultades extra”. Además, el hecho de que Edu Amoedo era un recién llegado añadió más dificultades: “Ni yo conocía a los jugadores ni los jugadores me conocían a mí. Eso sí, rápidamente se formó un buen equipo, un buen vestuario. Queríamos buenos chavales, y los conseguimos. En ese sentido estamos muy contentos”.
El míster de la Villa del Río se aleja del tópico en el que algunos caen al hablar del escaso nivel del fútbol juvenil balear: “Lo mejor, como entrenador, es la competitividad que percibo en la Nacional. Aunque el nivel quizá no sea el mismo que se pueda encontrar en otros grupos de la misma categoría, como en Cataluña o en Madrid, sí se da que los equipos están muy equilibrados, y ningún partido se da por ganado o por perdido. Eso se contagia a los futbolistas, y mi equipo compite generalmente contra cualquiera, ya sea el Mallorca B, el Atlético Baleares o el colista. Me quedo con eso, con la competitividad, tanto en la categoría como la de mi equipo”.
Eso sí, el grupo balear tiene un condicionante de sobras conocido: los viajes interislas, que afectan sobremanera a los conjuntos pitiusos. “Cada quince días tenemos que coger un avión. Además, para ir a Menorca, tenemos que coger dos vuelos. Eso, a los equipos mallorquines no les pasa, que van a la mayoría de partidos en autocar”. A colación de los desplazamientos, Edu Amoedo aprovecha para poner sobre la mesa otro punto que aleja a los suyos de la perfección: “Por poner otro pero, los jugadores, en esta categoría, ya empiezan a tener otras prioridades. De alguna manera, al futbolista de esta edad le puede bajar la motivación. El hecho de viajar cada dos semanas contribuye a esa caída de ilusión. Desgraciadamente, a esta edad, cada vez más, a los chavales les da pereza competir. Prefieren quedarse en Ibiza, estar con los amigos, jugar su partido y no tener que moverse de casa. Eso me entristece. Cuando yo era juvenil, hace unos 10 o 12 años, tengo la sensación de que no era así, nos matábamos por competir”.
La capacidad de un futbolista adolescente para competir a esa edad no es el único pero que se encuentra Amoedo en su día a día. El trabajo es bueno, pero, dice, “se podría mirar más arriba”. “Estamos en mitad de tabla y ya hemos jugado contra los equipos de la parte alta. Las sensaciones son buenas en ese sentido. Pero es verdad que, haciendo autocrítica, nos falta un puntito, una marcha más, para poder estar más arriba, peleando por subir a División de Honor”. La máxima categoría juvenil no cuenta ahora mismo con ningún representante pitiuso, tras el efímero paso peñista la temporada pasada. “Lo veo complicado, ya no sólo para nosotros, sino para cualquier equipo de la isla. A nosotros nos falta un punto más para ser un equipo que esté siempre en la zona alta, que pueda pelear arriba. Este año posiblemente nos salvemos, pero nadie te asegura que el año que viene no desciendas. Creo que, como club, deberíamos dar un paso más. Pensar en que quedar quinto es mejor que quedar cuarto, y no estar mirando para abajo”.
Edu Amoedo tiene claro qué hay que buscar en el horizonte: “ A corto plazo, salvarnos lo antes posible. A medio plazo, formar a los jugadores que tenemos en el B intentando darles minutos ya esta temporada. Y, sobretodo, tengo un objetivo a nivel personal, como entrenador. Hacer ver a todas las personas de mi entorno la importancia que tiene la formación, el fútbol base. Y lo digo para todos en la isla. Creo que en nuestro club hemos dado pasos grandes, pero debería hacerse en todos los clubes de Ibiza, apostar decididamente por la formación y no por ganar trofeos”.
Ibiza es una isla limitada en su población, y Amoedo es consciente de esa problemática particular. Pero insiste en una palabra, en un concepto: la formación. “El hecho de tener dos equipos en Nacional (la propia Peña y la UD Ibiza) para los jugadores es importantísimo, cada año juegan unos 50 futbolistas en la categoría, que están más preparados para dar el salto a Tercera. Pero no es fácil aquí. La mayoría de los jugadores de tercer año se marchan a estudiar fuera. Eso limita mucho a la hora de fichar. Luego, Ibiza es una isla pequeña, y no todos los jugadores son aptos para jugar en la categoría, igual que todos los jugadores que salen de juveniles no son aptos para jugar en Tercera. El número de jugadores aptos en Ibiza es limitado, es suficiente para tener, como tenemos, uno o dos equipos en la categoría, pero no más”. Contundente aseveración de un gran conocedor del fútbol a esa edad.
El míster de la Villa del Río no se corta un pelo al hacer una crítica, constructiva, eso sí, hacia su propio gremio. “Hay muy pocos clubes en la isla que se centren en la formación, solo piensan en ganar copas que luego cogen polvo en las vitrinas. Los entrenadores debemos hacer autocrítica. ¿Realmente estamos ayudando a los jugadores con lo que les transmitimos? ¿O queremos poner nuestro ego por delante del bien del futbolista y ganar una Liga más o una Copa más? A día de hoy, aún hay bastantes entrenadores que hacen lo segundo”. Además, Amoedo envidia la manera de trabajar de escuelas como la menorquina: “Hablas con gente de otros sitios, por ejemplo en Menorca, y realmente han apostado por la formación, han cambiado el chip. A lo mejor por eso allí tienen cuatro equipos de nacional y aquí dos”.
La conversación pone entonces el foco en el fútbol profesional y semiprofesional de la isla: “Entre los cuatro equipos de Ibiza (el caso del Formentera lo desconozco algo más) de Segunda B y Tercera… ¿cuántos jugadores hay en sus plantillas formados en el fútbol base de la isla? Muy pocos. No digo que esté mal fichar de fuera, pero esto denota que no estamos haciendo bien nuestro trabajo. Si queremos algún día ver a nuestros chicos en tercera, si queremos tener un equipo en División de Honor, tenemos que cambiar todos el chip. Primero, los entrenadores; segundo, los futbolistas”. El mensaje es claro.
En Santa Eulària hace años que el club ha hecho de su fútbol base una de sus banderas. “Al club no le podemos exigir más, siempre y cuando el objetivo sea la permanencia. Pero si queremos volver a División de Honor algún día, habría que darle una vuelta más. Por ejemplo, a nivel de cuerpo técnico. Aquí somos dos personas que hacemos todo, en otros clubes, ya no el Mallorca, si no otros que van arriba más humildes, tienen más personal que abarca más responsabilidades”. En cuanto a las instalaciones municipales que usufructa el club, el míster peñista se muestra encantado. “Tenemos 4 días de entrenamiento, con el campo entero. Vestuario para nosotros, una persona que se encarga de nuestra ropa. Un gimnasio, dos fisioterapeutas que trata a los chicos. En ese sentido, no podemos quejarnos, el entorno que tiene el futbolista juvenil en la Peña es difícilmente mejorable”.
Interesantes reflexiones de un auténtico “enfermo” del balón, metódico y amante del fútbol en sus categorías de formación. Antes de acabar, Amoedo deja también una pequeña crítica para la prensa pitiusa. “No es necesario escribir diez veces sobre nosotros, entiendo que hay otros deportes que ni tan siquiera aparecen en los medios. Pero al menos, la vez que aparecemos, la información debería estar contrastada. Digo esto porque muchas veces lees la prensa y la información que aparece de nosotros es errónea. Los puntos que llevamos, la posición que ocupamos, el día que jugamos. Demasiados errores que deberían corregirse”. Anotado queda.