Al Ibiza le han marcado quince goles desde que el entrenador es Palop. El valenciano llegó al banquillo hace dieciséis jornadas, así que el dato es interesante: el promedio es menor a un gol encajado por partido. Más aún, si se recuerda que el domingo en que se naufragó en Cartagena cayeron seis tantos en contra. Desde entonces, el portero titular del Ibiza es el brasileño Lucas Annacker. Y el Ibiza no ha perdido aún con Lucas Annacker en la portería. ¿Por qué? Entre otras cosas, porque al brasileño nacido en Santa Cruz do Sul solamente le han batido tres veces. Un gol cada 210 minutos: un promedio que puede valer un playoff.
Sin embargo, los tres primeros fichajes de Fernando Soriano como director deportivo han sido defensas. El zaragozano parece decidido a reformar la casa por los cimientos. La reforma era necesaria porque en verano se construyó a contrarreloj una plantilla que, de inicio, no estaba llamada a competir en Segunda B. Y en la reforma, sabe Soriano, debe primar más lo práctico que el lujo. Por ahí se explican las llegadas de dos futbolistas cuajados como Unai Albizua y Javier Bonilla. El primero fue cachorro en Lezama y el segundo se crió en la sobria pero trabajada cantera del Numancia. Que Albizua naciera en Barakaldo y Bonilla en Soria no es un dato irrelevante. A la directiva le gustan los jugadores criados en el norte. Los ven hechos de otra pasta, acostumbrados al barro y al choque, con un compromiso, quizás, superior a lo común. El rendimiento que está dando el Iosu Villar en el centro del campo puede ser la vara de medir para dos fichajes que llegan al club con 30 y 28 años recién cumplidos. Una edad de presente que les obligará a sumar desde el minuto uno. A ser importantes y tener mando en plaza.
A favor de Albizua (central) y Bonilla (lateral izquierdo y, también, centrocampista) juega su trayectoria. En el curriculum del vasco: tres años siendo titular en el Bilbao Athletic, cuatro ratos jugados en Primera con el primer equipo, donde compañeros de generación como Mikel San José y la apuesta por Aymeric Laporte le dejaron sin posibilidades de asentarse, y cuatro temporadas en Segunda A en Tenerife, Leganés, UCAM Murcia y Cultural Leonesa. El curriculum del castellano tiene varios años en Segunda A, pero más kilómetros recorridos en el fútbol de bronce. Bonilla no pudo asentarse en el Numancia y tuvo que salir a buscarse las castañas. En el Leioa (otra vez Euskadi) ganó experiencia. Con el Pontevedra metió siete goles y jugó un playoff. De allí se marchó al Mallorca, donde fue titular en el mejor equipo que se ha visto en mucho tiempo en Segunda B. Los dos últimos cursos jugó dos ascensos y subió a la segunda. Dicen que no hay dos sin tres: Bonilla puede ser el talismán.
El factor en contra de ambos es su previsible falta de ritmo. Vienen gratis, pero les faltan minutos de juego esta temporada. Bonilla no renovó con el Mallorca y se ha quedado unos meses en el dique seco. Entrenaba hasta hace unos días con la selección de la AFE, pero tendrá que ponerse a tono. A Albizua las lesiones le han impedido convertirse en un referente durante su paso por el Reyno de León. Esta temporada empezó como titular en la Cultural, pero volvió a quedars en el dique seco. Eso sí, los galones se les presuponen. Son futbolistas traídos para lanzarse a por todas a por la cuarta plaza. Como mínimo. Las primeras bajas ya se están produciendo, pero la plantilla que saldrá del 31 de enero –día en el que se cierra el mercado de invierno– será más amplia y competitiva que la que acabó 2018 en plena forma. La idea es generar competencia en cada uno de los puestos. Albizua apretará al polivalente Núñez, Verdú y Gonzalo, que se han repartido todos los minutos en el eje de la zaga. Bonilla llega para convertirse en dueño de un carril izquierdo donde Candelas ha dejado de ser intocable en las últimas jornadas. Se pretende ganar seguridad, recibir todavía menos goles y avanzar de atrás hacia adelante, donde tampoco se descartan incorporaciones en la semana que queda de plazo para firmar.
A ello intentará contribuir Mariano Gómez, el primero en aterrizar este enero en el Ibiza. El perfil de este central es totalmente opuesto a los otros dos recién llegados: ha crecido con otros códigos futbolísticos (es argentino, de Santa Fe y la cantera del Club Atlético Unión), representa el futuro (apenas tiene 21 años y ha sido internacional juvenil con la albiceleste) y viene cedido con una opción de compra (Albizua y Bonilla han sido contratados a coste cero). Ya dijo Fernando Soriano en su presentación que su obligación es confeccionar un equipo ganador y que para eso también es necesario anticiparse a lo que vendrá. Con la apuesta de Mariano Gómez sale bien, el nuevo director deportivo intentará demostrar que mirar a largo plazo es la mejor manera de ahorrar dinero.