Amadeo Salvo gira la cabeza a su izquierda y le da la bienvenida al “máximo responsable del área deportiva” deseándole suerte y sin olvidarse de recordarle, delante de los medios, la idiosincrasia de la Unión Deportiva Ibiza: “Vienes a un club que tiene exigencias y aspiraciones altas”. Fernando Soriano lleva veinte días en la piel de director deportivo, pero más de veinte años dedicado al fútbol profesional. Experiencia suficiente para calcular la velocidad del tren al que acaba de subirse. “He venido a ayudar a los jugadores y entrenadores, intentando unificar todas las estructuras deportivas, y, por supuesto, también a ganar. No concibo pasar este año sin pelear el ascenso. El equipo tiene que creer en ello. Cuando no se crea, ahí estaré yo para empujar y animar para que esa creencia se mantenga hasta el final”, explica el ex jugador de Real Zaragoza, Recreativo de Huelva, Unión Deportiva Almería (en dos etapas) y Club Atlético Osasuna.
El Fernando Soriano futbolista colgó las botas hace dos años y medio y, ahora, cerca de cumplir cuarenta, el Fernando Soriano manager refuerza la estructura del Ibiza lleno de ilusión: “Cuando conocí el proyecto de Amadeo y su familia me costó poco aceptar la oferta. Como ha dicho el presidente, el Ibiza está creciendo y yo quiero aportar mi granito de arena en este proyecto ilusionante”. Trabajará desde la isla, en pleno contacto con el cuerpo técnico que comanda Andrés Palop y con los responsables de las categorías inferiores del club. Su idea es tejer una red que conecte Can Misses con ojeadores repartidos por todo el territorio español para incorporar talento en un futuro. Además de ser partidario de utilizar los sistemas informáticos donde almacenará y compartirá con su equipo los datos que reflejen el rendimiento de los efectivos que tenga el Ibiza en nómina y de los posibles refuerzos que puedan llegar al club, a Soriano le gustan, dice, los futbolistas jóvenes, aquellos que “dan un plus en los tramos finales de temporada por su capacidad para mantener la forma física”. Piensa el director deportivo, obviamente, en los momentos decisivos del año, cuando se disputan los ascensos, pero no quiere entrar como un elefante en una cacharrería.
Diez días después de que se abriera el mercado de fichajes invernal, el Ibiza aún no ha cerrado ninguna contratación ni dado bajas para hacer hueco en la plantilla y a Soriano no le mueve la prisa: “El compromiso y trabajo de la plantilla actual es indudable. Lo están haciendo formidable. Siempre que podamos mejorar el rendimiento de la plantilla, se intentará [cerrar algún fichaje], pero vamos a ir paso a paso. Este mercado es muy complicado. No hay grandísimas opciones, pero estamos atentos a cualquier posibilidad”. Sobre Marco Borriello, Soriano es prudente y asegura que el italiano será importante, pese a que lleva dos meses sin vestirse de corto por una lesión en el gemelo. “A nivel económico ha cedido todos sus derechos para que el club pueda reforzarse o mejorar su estructura. Habla mucho de su compromiso con este proyecto que [Borriello] sea capaz de estar aquí de forma altruista. Vamos a ayudarle en todo lo que podamos en su recuperación y tener paciencia para que supere una lesión de la que no es fácil salir. Tenemos un plan de trabajo para que pueda llegar a su mejor forma lo antes posible”.
Fernando Soriano jugó 229 partidos en Primera División, la misma cifra de encuentros en Segunda A y 138 en Segunda B cuando era canterano del Zaragoza. Maño de nacimiento, consiguió con el club de su ciudad un ascenso a la máxima categoría, la Copa del Rey que los aragoneses le ganaron al Real Madrid en 2004 y una Supercopa de España, meses después, con el ex unionista Javi Moreno como compañero de equipo. Sin embargo, tuvo que buscar suerte lejos del Ebro. Primero estuvo cedido en el Recre, con los que subió a Primera veinticinco años después del único ascenso que se había celebrado en Huelva. Después de su paso por el Zaragoza, viajó hacia el extremo contrario de Andalucía y recaló en el Almería. Allí se convirtió en uno de los referentes de los aficionados que se sentaban en las modernas gradas del Estadio de los Juegos del Mediterráneo. Con los almerienses subió dos veces a Primera (en su currículo hay cuatro ascensos y un solo descenso) y, entre medias, se fue un año al Osasuna.
Los hinchas de todos sus ex equipos le recuerdan, además de como un centrocampista con gol (marcó 86 tantos como profesional), como un futbolista aguerrido, incansable, luchador y, sobre todo, alguien cercano y afable con la afición. Un tío normal. “Me conozco, y por la forma de ser que tengo, mi dedicación con el Ibiza va a ser total. Intentaré sacarle el máximo rendimiento a las personas que tendré cerca de mí porque eso significará que el club conseguirá resultados importantes”, dice Soriano, que aunque no se ve vestido con traje y corbata ha decidido seguir ligado al fútbol desde los despachos después de un breve paso como entrenador por el Almería, el club de su vida.
Sabe bien el director deportivo del Ibiza que en el fútbol suelen primar las relaciones efímeras.”Aquí la exigencia es muy alta y si Amadeo conociera a otra persona mejor que yo en mi cargo, al día siguiente me lo diría”, dice Soriano. Pero no hay duda de que el zaragozano ha aterrizado con el aval de un presidente que estaba huérfano de director deportivo desde que tuvo que reconvertir a Rufete en entrenador de la primer equipo. Y, por eso, ya piensa el maño en cocinar una plantilla a fuego lento: “Vamos a intentar tener cosas miradas y adelantadas para la temporada que viene cuando, ojalá, estemos en Segunda División. Si, por desgracia, seguimos en Segunda B el trabajo habrá servido igual. La plantilla actual se hizo en diez días y estamos en octava posición y mirando hacia arriba”. El tiempo dirá si él será el arquitecto que diseñe el futuro de la Unión Deportiva Ibiza.