La Segunda B es una categoría en la que priman los detalles por encima de todo lo demás. Un destello te da tres puntos, un despiste te arrebata un empate que dabas por seguro. Con un gran chut desde fuera del área, la pierna zurda de Javi Serra le ha comprado este mediodía a la Unión Deportiva el boleto premiado. La recompensa de los vileros ha sido doble: el primer gol tras 502 minutos sin ver puerta les daba la primera victoria en casa y rompía una racha de dos derrotas consecutivas. El Recreativo de Huelva ha sido el rival que ha pagado el pato, el invitado a la resurrección de un Ibiza al que Andrés Palop quiere pintarle una sonrisa en la cara para cambiarle el ánimo. El triunfo, pese a conseguirse por la mínima y tras un partido regular, se ha celebrado como se celebran las finales: con los suplentes, de pie en el banquillo, presionando al árbitro para que no alargara más de la cuenta y saltando al terreno de juego para abrazarse con sus compañeros cuando sonó el pitido final.
El debut de Palop como entrenador del Ibiza no ha cambiado demasiado, sin embargo, el juego de los celestes. El valenciano y su cuerpo técnico llevan solamente tres días al frente de la plantilla y necesitarán varias semanas para transmitirles su filosofía y sus métodos a los futbolistas. Con pocas variedades en el once inicial, el Ibiza ha mostrado las mismas carencias que ya evidenciaba con Méndez jornadas atrás. Las bandas no funcionaban en ataque (especialmente la derecha, con un Grima intrascendente y un Javi Serra que, antes de ver puerta, no estaba siendo decisivo), el balón se atascaba por el centro y Borriello apenas participaba en el desarrollo del partido. Había juego cuando Chavero tenía algo de espacio para tocarla. El cerebro del Ibiza probó fortuna con un tiro que se fue alto a los nueve minutos y, poco después, cambió el juego de derecha a izquierda para que Riverola le pusiera un buen centro a Cristian Herrera. El cabezazo del ‘10’ celeste se fue alto.
La ambición del Ibiza en el arranque se diluyó con el paso de los minutos. Las camisetas rojas del Recre se hicieron con el control del esférico progresivamente. Pero los de Salmerón no llegaban. Igualar el peligro creado con la falta que Iván González estrelló en el palo poco antes del primer cuarto de hora de juego les resultaba imposible. Minutos después de que el partido se detuviera por las molestias que sintió Subirats Matamoros, el árbitro, en el tobillo derecho, Chavero intentó pagarle al Recre con su misma moneda, pero el libre directo que lanzó desde la frontal se marchó por encima del travesaño. Con tan poca chicha futbolística se fue el partido a los vestuarios.
La noticia más destacada de la reanudación fue la capacidad del colegiado para sobreponerse a sus dolores y arbitrar hasta el minuto noventa. El Recre, que llegaba a la isla después de tres partidos sin victorias, quiso tomar el mando. Las ocasiones, por el contrario, seguían quedándosele en el tintero. Álex estuvo atento para atajar un pase interior de Carlos Martínez que buscaba a Quiles en el área ibicenca y poco más trabajo tuvo. El Ibiza solo chutó a puerta una vez en el tramo inicial del segundo tiempo. Borriello remató de cabeza y obligo a Marc Martínez a estirarse en el minuto 62. Poco después Rodado sustituyó al crack. El italiano, una jornada más, demostró que para ser dañino le tienen que llegar balones en el área rival, condición complicada en el embarullado fútbol de bronce.
Faltaba poco para el gol del Ibiza, pero antes Borja Díaz encogió el corazón de los 1.400 espectadores que se reunieron en Can Misses. El extremo derecho de los onubenses se anticipó a Álex y convirtió en gol un buen centro de Caye Quintana. Los celestes respiraron porque el juez de línea vio con claridad que Díaz se encontraba en posición antirreglamentaria. El susto espoleó a los ibicencos, que se lanzaron al ataque. Rodado le dio movilidad al ataque local. Un saque de banda de Fran Grima, que en principio no comportaba peligro alguno, lo convirtió Javi Serra en el proyectil que dio un vuelco al partido. Le dejaron espacio al castellonense en la frontal. Demasiado para desaprovecharlo. Con la izquierda, que en principio no es su pierna, disparó Serra. La pelota dibujó una rosca perfecta. Cuando entró por el palo largo del meta del Decano, la grada explotó. Tres veces habían subido a ver al Ibiza a Can Misses y a la tercera pudieron celebrar un gol de los suyos.
En los últimos minutos del encuentro, Palop acertó sacando a Fobi como extremo izquierdo. El ghanés, cuando encuentre la forma y se sacuda los miedos que arrastra por la grave lesión de ligamentos que sufrió el año pasado en el Formentera, oposita a ser una pieza importante en el Ibiza. Una gran jugada suya, recorriendo el campo casi de parte a parte, la desaprovechó Javi García –el tercer cambio del míster de L’Alcúdia– haciéndose un lío con el balón. Era el minuto noventa y, tras un descuento que se hizo eterno, se celebraron los tres puntos. Los primeros que se consiguen en casa. Los primeros que caen del lado celeste desde la segunda jornada del campeonato. Los primeros de la era Palop, el entrenador con el que Amadeo Salvo espera, por fin, acertar a largo plazo.