Quién nos iba a decir la mañana del martes 7 de agosto, cuando el Ibiza era aún de Tercera División, que la liga empezaría con una victoria en campo del Sevilla Atlético. Quién nos iba a decir en la ciudad deportiva del Levante, tras la tanda de penaltis más dolorosa que se recuerda, que al final esbozaríamos una sonrisa al recordarla. Quién nos iba a decir al acabar el play-off, que a 26 de Agosto la UD estaría en zona de play-off de nuevo, pero de ascenso… ¡a la Liga 123!
El Ibiza sacó petróleo de un encuentro en el que todo parecía estar en contra. La confección de la plantilla (o de parte de ella, porque todo apunta a que todavía habrá cambios de aquí al viernes) a contrarreloj; la inclusión en la lista de gente como Javi García, incorporado el viernes y con la friolera de un entrenamiento completado con sus compañeros; el potencial del rival, un Sevilla Atlético que acaba de descender de Segunda División y que llegaba mucho más rodado; el campo de césped natural y la fuerte calor propia de Sevilla en agosto. Mención especial para el que colocó el partido al mediodía.
En el palco, Amadeo Salvo respiraba como el que sabe que las cosas marchan. Hace tres años aterrizó en Can Misses y 36 meses después tiene el club donde quería. A su lado, Joaquín Caparrós, máximo responsable de la cantera sevillista, atento a las evoluciones de sus cachorros. La verdad es que el Sevilla tiene el futuro asegurado con futbolistas como Luismi, Bryan, Berrocal o Curro, pero éstos nada pudieron hacer para evitar el triunfo unionista.
Los aficionados que se acercaron a estrenar la nueva tribuna cubierta de la ciudad deportiva del Viejo Nervión vieron un buen Sevilla en el primer tiempo. Los hispalenses fueron mejores que el Ibiza en la primera mitad, pero la fortuna sonrió a los celestes, pues en la única ocasión de peligro generada en el primer tiempo, el central Miguel Núñez, llegado esta misma semana del Mallorca, fusiló el único tanto del encuentro tras una pelota colgada al área por Riverola y prolongada por Javi Serra. El defensa extremeño comenzó la semana como jugador del club bermellón y la acabó anotando el histórico primer tanto del Ibiza en el grupo 4 de Segunda B. Era el minuto 22 y se abría el cielo.
El equipo de Ñoño Méndez dio siempre sensación de seriedad. La percepción de los que vieron el encuentro es la de un equipo perfectamente armado en defensa y portería (soberbio Álex un día más), pero que necesita algo más arriba. Llegará, seguro.
La plantel ibicenco consiguió mantener su renta hasta el descanso, y tras la reanudación, curiosamente, sufrió menos. Fue de menos a más y planteó un entramado con “doble lateral” en ambas bandas, tras la entrada de Kingsley Fobi, que ahogó al Sevilla. Gozó incluso la escuadra de Can Misses de alguna ocasión en pies de Javi Serra y Cristian Herrera (bendita batalla la suya contra todos), pero no encontró más portería. Lo que sí encontró fue sangre, la que brotó de la frente de Miguel Núñez, que se lleva una prueba gráfica en forma de cicatriz de su gesta goleadora. Para explicar a sus nietos.
El tiempo pasó y las fuerzas del filial sevillista no dieron para mucho más. Debutaron Javi García y Rodado, ya para celebrar sobre el césped un triunfo para muchos inesperado. La exótica aventura del Ibiza en el grupo 4 de Segunda B comienza de la mejor manera. No podía haber mejor carta de bienvenida del equipo azul a la categoría y al hasta ahora extraño grupo 4. Ejido, Melilla, San Fernando, Almería o Huelva: quédense con su nombre.