El Ibiza tendrá que esperar hasta el 31 de julio para saber si la Real Federación Española de Fútbol, que finalmente ha decidido no aceptar la renuncia del Lorca por haberse registrado fuera de plazo, decide concederle la plaza en Segunda División B que, en principio, dejaría la entidad murciana por razones económicas. Si la sociedad lorquina, que entró ayer en el bombo del sorteo del calendario de Liga, no paga su deuda antes de finales de mes, unos 482.000 euros (según se ha publicado en otros medios), la RFEF podría dar el puesto al Yeclano (tiene prioridad por pertenecer a la misma Federación territorial), aunque clubes como el Plasencia, Mérida y Cádiz B también han manifestado su interés de jugar, al igual que la institución que preside Amadeo Salvo, en el fútbol de bronce en detrimento del Lorca.
Así pues, compás de espera, de momento, en Can Misses para saber si el Ibiza jugará la temporada que viene en Segunda B o por el contrario lo hará en Tercera División. Eso sí, en el caso de verse agraciado con la plaza, el club unionista tendría que hacerse cargo de la deuda que deja el club lorquino, casi medio millón de euros, según algunas fuentes. De todos modos, tal y como reza la normativa, antes que los ibicencos podrían acceder a la posible vacante que dejaría el Lorca los clubes de Tercera del grupo murciano, después los descendidos de Segunda B del Grupo IV y para acabar el resto de clubes de Tercera del país, que es donde entraría una UD que espera que la entidad lorquina no pague su deuda antes del 31 de julio y que los clubes que estuvieran delante de él en la lista de aspirantes tampoco satisfagan dicho pago para tener opciones reales de ascender a Segunda B por la vía administrativa.