La Peña Deportiva ha solventado su partido ante el Lleida con un empate sin goles, por lo que continúa invicta en 2018. El equipo de Dani Mori suma y sigue, aunque en esta ocasión se tiene que contentar con un punto que se antoja insuficiente en su objetivo de salir cuanto antes de los puestos de descenso. Los blancos continúan en penúltima posición con 20 puntos y tienen a 4 la promoción por la salvación, posición que ocupa el Badalona, que juega esta tarde.
noudiari.es La Peña dormirá este domingo un poco más lejos de la permanencia. A cinco puntos, concretamente, y con una jornada menos en el horizonte. Pero el empate conseguido contra el Lleida este mediodía no ha dejado un regusto amargo en Santa Eulària. Los de Dani Mori siguen invictos en la segunda vuelta. Dos victorias, dos empates. Y, ante todo, sensación de ser un equipo sólido que ya no quiere cometer más errores atrás.
Contra el Lleida, la Peña tenía un encuentro difícil de negociar. La lluvia había dejado muy mojada la hierba del Municipal y rasear la bola era complicado. El partido, como se preveía, fue duro, de brega, un ecosistema en el que futbolistas como Carlos Selfa se movieron bien.
Guille Andrés tuvo la primera ocasión a las primeras de cambio. El valenciano no acertó de cara al gol. Fue la oportunidad más clara hasta que en el inicio del segundo tiempo Borja Navarro remató con contundencia un centro que Diego Rivas, el meta del Lleida, desvió a córner.
Después, y aunque los peñistas fueron superiores tras la reanudación, tuvo el equipo visitante sus opciones de llevarse el gato al agua. Primero, con una volea de Valiente que se fue cerca del palo derecho de Imanol. Luego, con un jugadón de Jorge Félix donde solo falló la definición.
La Peña se oxigenó con un chut lejano de Salinas, que bien podría haberse estrenado como goleador en su nueva etapa en Santa Eulària si no se le hubiese escapado la bola cuando recibió un centro de Erik Polanco en el área.
El extremo vasco salió minutos después del campo con un enfado evidente. Poco antes había trazado una buena diagonal izquierda-derecha para recibir un pase de Guille Andrés y meterse en el área del Lleida. A pierna cambiada, regateó a su par, que le derribó con claridad. Carbonell Hernández no vio penalti y a la Peña se le escurrió su mejor chance para poner el marcador a su favor.
Górriz, que volvió a salir como revulsivo, pudo marcar en el último suspiro de forma casi fortuita: el irundarra persiguió a un defensa que, al despejar, convirtió un balón rebotado en el cuerpo del vasco en un remate que se fue arriba por poco.
Sin añadir demasiado tiempo, el encuentro murió como nació: sin goles, pero con la sensación de que la Peña, si sigue apretando, acabará salvándose. Antes, eso sí, tendrá que sacar adelante el cuadro de Dani Mori pruebas de fuego como la que afrontarán el próximo domingo en el Martínez Valero.
Allí esperará el todopoderoso Elche, herido en su orgullo al caer hoy contra el Peralada, rival directo de la Peña por la permanencia.