V. R/noudiari.es Tras diez años sin un equipo en Segunda División B en las Pitiüses, este 2017 han subido dos de golpe. El Formentera, que lo logró por méritos propios, y la Peña Deportiva, que lo hizo por el descenso del Mallorca B a Tercera arrastrado por el primer equipo de la entidad, que este curso juega también en la categoría de bronce del fútbol nacional. Jugada la primera media parte del torneo, la marcha de los dos equipos insulares en el campeonato del Grupo III de Segunda División B es muy diferente.
El Formentera se ha hecho a la categoría desde el principio mientras que la Peña despide el año en la última posición y con más probabilidades de descender que de mantenerse. La trayectoria de unos y otros es muy diferente. El entrenador del Formentera, Tito García Sanjuán, se ha adaptado a la categoría y con él lo ha hecho también su equipo, que tras 19 jornadas ocupa una meritoria décima posición en la tabla clasificatoria que le acerca al objetivo de la permanencia.
Todo lo contrario ha ocurrido en Santa Eulària, donde su entrenador, Dani Mori, más preocupado por los análisis de la prensa que por la sucesión de derrotas de su equipo, no ha sabido dar con la tecla. Su conjunto no juega mal del todo, pero solo ha ganado dos de los diecinueve encuentros que ha disputado en la primera vuelta del torneo, un balance claramente deficitario y que le aleja de forma prematura de la categoría, a expensas de una segunda vuelta en la que tendría que hacerlo todo bien para sobrevivir.
La segunda parte del campeonato y el año arrancará como lo hizo la Liga, con un enfrentamiento entre los dos representantes pitiusos, aunque esta vez en Formentera. Los peñistas tuvieron ocasiones para ganar aquel partido, pero el Formentera se llevó los tres puntos de Santa Eulària gracias a un gran tanto de Riera, 0-1. Desde entonces, las diferencias entre formenterenses y santaeulalineses se han ido ensanchando de forma paulatina, jornada a jornada, a favor de los de la menor de las Pitiüses, que antes de este nuevo derbi, previsto para el 7 de enero, jugará el día 3 ante el Alavés en casa en partido correspondiente a los octavos de final de la Copa del Rey.
El Formentera se presentará en el derbi con los deberes hechos y la Peña, con la ansiedad de haberse quedado a medias. Habrá que ver si el conjunto de la Villa del Río sabe sobrellevar la presión para disputar una victoria que necesita de forma imperiosa para revertir la complicada situación por la que atraviesa y para empezar el año con buen pie y signos de inflexión sobre una trayectoria muy criticable.
Lo cierto es que hoy por hoy, solo el Formentera parece capacitado para salvar la categoría, aunque a la Peña todavía le queda recorrido para remontar el vuelo si lo hace desde el primer momento en que regrese a la competición y empieza a ganar partidos, porque a partir de ahora solo le vale ir sumando de tres a tres para no despedirse de la categoría de bronce con muchas jornadas de juego todavía por delante. Así, 2018 aguarda a las puertas con muchas cuestiones por resolver para los dos conjuntos y las ganas de ambas aficiones para que sus clubes sigan jugando una campaña más en Segunda B.