Tras una lesión de rodilla que le apartó la temporada pasada varios meses de los terrenos de juego siendo futbolista del Tenerife y sin que este verano le llegara una oferta atractiva que colmase sus inquietudes, Edu Oriol había sopesado seriamente colgar las botas a sus 31 años, pero la llamada de la UD Ibiza y, sobre todo, su espectacular proyecto deportivo, han vuelto a encender la llama del fútbol en el centrocampista catalán, que no se ha pensado dos veces hacer las maletas y emprender en la isla un nuevo desafío junto a lo que más ama después de su familia, el balón. Al de Cambrils, exjugador de Primera División con el Zaragoza y con un pasado reciente en Segunda tras su paso por el Llagostera y Tenerife, no se le caen los anillos por bajar a Tercera y cambiar grandes estadios de hierba natural por los pequeños y maltrechos campos del archipiélago. Y es que la nueva estrella del conjunto de Toni Amor no ha venido de vacaciones a Ibiza si no más bien a aportar su trabajo y calidad para ascender a esta misma campaña con los unionistas al balompié de bronce. Pretendido tanto por el Formentera como por la Peña Deportiva, el fichaje que ya ha cambiado la historia del fútbol en las Pitiusas y que rompe el mercado es todo un regalo para que la afición pueda disfrutar de un futbolista top.
¿Por qué firmas por el Ibiza?
Porque es un club que quiere crecer y una de las pruebas es el terreno de juego que han instalado en el estadio, con un césped artificial de muchísima calidad. Detrás de la entidad hay personas de fútbol que están desarrollando un proyecto muy bonito e ilusionante y esto es lo que me ha movido a decidirme venir a la isla, a jugar en Tercera División y en el Ibiza. Creo mucho en el trabajo que están llevando a cabo en el club y en sus planes de futuro.
No deja de chocar que un futbolista de tu nivel, que ha jugado en Primera y Segunda División acabe fichando por un Tercera.
Ya, pero yo siempre me muevo por motivaciones e ilusiones. Había hecho un paréntesis en mi carrera e incluso estaba valorando seriamente la opción de retirarme del fútbol profesional, a pesar de tener ofertas de clubes de Primera del extranjero, además de Segundas B de España. Por desgracia, no me llegó nada interesante de Segunda, así que antes de irme a un Segunda B sin un proyecto serio y atractivo y que compita sin la meta de subir de categoría o simplemente por no descender, prefiero no jugar. Finalmente, el proyecto del Ibiza me llenó. Tanto el presidente Amadeo Salvo como Rufete me presentaron sus planes deportivos y me convencieron porque prefiero embarcarme en un reto con un objetivo claro y definido.
Llevas en Ibiza apenas un día y esta mañana ya te has puesto el mono de trabajo para llevar a cabo tu primer entrenamiento, donde has podido conocer al cuerpo técnico y a los que serán tus compañeros de vestuario. ¿Cómo te ha recibido el grupo? ¿Cuáles son tus primeras sensaciones?
La verdad es que he tenido un buen recibimiento; he encontrado una calidad humana espectacular porque al final todos somos personas. Yo he venido al club a ayudar, al igual que el resto de jugadores y entrenadores. Mi objetivo es aportar mi granito de arena para que el Ibiza siga creciendo.
Imagino que ya sabrás que el único objetivo que tiene la entidad esta campaña es el ascenso a Segunda B.
Sí, está claro. De no ser así no hubiera venido a la isla. Los responsables de la entidad ya me expusieron que sí o sí hay que subir esta misma temporada y por eso, repito, he firmado. Además, el Ibiza en su día ya estuvo en Segunda B y pienso que mínimo tiene que estar en Segunda A, así que cuando el equipo compita en la categoría que merece, mucho mejor y si yo formo parte de este reto pues estaré encantado.
Define al Edu Oriol futbolista.
Me considero un jugador técnico, rápido y de equipo. Trataré de aportar al grupo la experiencia que me ha dado este deporte durante todos estos año. No soy más que nadie y al final estoy en Tercera al igual que el resto de mis compañeros. La idea que tengo es darlo todo por este escudo, que todos rememos en la misma dirección para que el vestuario sea una familia y juntos podamos celebrar éxitos deportivos.