V. R/noudiari.es La Peña Deportiva ha anunciado en boca de su entrenador, Dani Mori, la llegada de varios jugadores en enero para reforzar la punta de ataque y el centro de la defensa del primer equipo de la entidad, penúltimo clasificado del Grupo III de Segunda División B.
Fichar se antoja hoy por hoy la única manera de que la Peña pueda salvar la categoría. Su tarjeta de presentación hasta la fecha está llena de tachones. Delanteros y centrocampistas están reñidos con el gol. Nueve en 16 jornadas es un pobre bagaje que les aboca al precipicio.
Los de Santa Eulària tienen el dudoso honor de ser el segundo equipo menos realizador de los cuatro grupos de Segunda División B. Solo el Caudal Deportivo, con seis, ha marcado menos. Los números en el capítulo defensivo tampoco son nada halagüeños, 19 tantos en contra mantienen al grupo que dirige Dani Mori en el sótano de la clasificación.
Dice el entrenador que es optimista, que queda tiempo para remontar el vuelo. Y es cierto. La Peña no puede dejar de creer y menos aun si analiza fríamente la situación en la que se encuentra, que es mala, pero de ninguna manera irreversible.
El conjunto peñista, a pesar de todas las penurias vividas en este primer tramo de la temporada, está a solo seis puntos de la salvación. A dos partidos ganados de la permanencia, que, cuando todavía quedan 22 por jugar, no es nada. La falta de gol no es un mal endémico de los delanteros del equipo de la Villa del Río, sino de todo el grupo.
No marcan los de arriba, pero tampoco lo hacen los centrocampistas y, además, las jugadas de estrategia, tan importantes para cualquiera, tampoco surten efecto esta campaña en la Peña, que tiene el percutor bloqueado. El equipo se confeccionó con prisas porque el ascenso se fraguó en los despachos y el tiempo de maniobra en el mercado era limitado.
Eso no quiere decir, bajo ningún punto de vista, que los jugadores que han llegado al club no valgan para esta categoría. Han perdido muy pocos partidos por goleada y las derrotas, por norma general, se han producido por pequeños detalles. Nada que, como dice el técnico peñista, no tenga solución a poco que le sonría la suerte y sea capaz de liberar la tensión interna que de la que es presa en este tramo de la competición.
Semana grande en Formentera
La regularidad que le falta a la Peña la está hallando poco a poco el Formentera, que esta jornada ha encadenado su cuarto partido seguido sin perder en la Liga y ha sumado un valioso punto en el campo del siempre complicado Sabadell. El bloque que entrena Tito García Sanjuán se ha asentado en la categoría, marca goles y encaja los justos para, con 19 puntos, mantenerse tres por encima de la zona de descenso de la Liga.
El conjunto formenterense sale esta semana de la rutina liguera para medirse al Athletic Club de Bilbao en la Copa del Rey (miércoles, 21,30 horas). Viaja al País Vasco para jugar la eliminatoria de vuelta de la ronda de dieciseiavos de final del torneo del k.o. y lo hace con un resultado que le hace albergar esperanzas a pesar de lo complicada que se presenta la empresa, 1 a 1. El escaparate es impresionante y lo mejor de todo es que el equipo no tiene nada que perder.
Todo lo que haga estará bien visto por el hecho de que entre uno y otro median dos categorías y porque el conjunto bilbaíno es, además, uno de los grandes de esta competición. No en vano es el club con más títulos de Copa del Rey por delante del Barcelona. La presión es para el Athletic y si los jugadores que entrena Tito García Sanjuán son capaces de mantener el mismo nivel que en la ida, seguro que darán de qué hablar, aunque está no sea su guerra.
Su batalla es la Liga, pero a quién amarga un dulce. El cansancio de jugar entre semana tener que hacerlo de nuevo en fin de semana puede ser el único lunar de este partido, aunque si fuera capaz de hacer saltar la sorpresa, cosas más raras se han visto, reforzarían la moral del grupo de forma incontestable también en el campeonato de Liga.