La Peña se está yendo a pique, se hunde lentamente en el fondo de las profundidades marinas de la División de Honor. Ayer, el equipo de Raúl Casañ impactó violentamente contra una roca llamada Girona y sufrió una vía de agua que lo ha dejado a la deriva, a merced de un viento que vira en contra de un barco cuya tripulación intenta enderezar el rumbo sin éxito. La nave peñista, colista con sólo una victoria en su haber, sólo llegará a buen puerto si cambia su dinámica perdedora desde ya. Aunque es complicado, aún se está a tiempo de localizar la avería y taponar la vía para salir a flote.