El Ibiza ha cosechado su segundo empate consecutivo ante el Playas de Calvià, algo insólito en un equipo que tenía acostumbrada a su afición a ganar y golear. El equipo de Toni Amor no pasa por un buen momento y esta tarde, pese a adelantarse en el marcador en el 48 con un gran gol de Cristian Terán, se ha dejado empatar y no ha sabido reponerse al tanto de un rival que ha jugado sus bazas a la perfección para llevarse un punto de oro de Santa Gertrudis.

noudiari.es Cuando menos lo esperábamos, cuando todo pintaba de color de rosa, ha llegado el primer bache serio de una UD Ibiza que parecía imparable. El empate en Petra pudo parecer un accidente, pero siete días después ha llegado el segundo tropiezo con Toni Amor, 1 a 1. Dudas justo antes de visitar al Mallorca B en el partidazo de Tercera del próximo sábado. Eso sí, la sorprendente derrota del Poblense en casa ante el Mercadal suavizó algo el bajón.

Dos cosas centraban las conversaciones en la mínima grada supletoria del estadio de Santa Gertrudis (única opción para presenciar el duelo sentado): la sorpresiva ausencia de Sergio Cirio y el escenario en sí, una vila de Fruitera que sirvió de Episodio II en la “evangelización” que está llevando a cabo la UD por las parroquias de la isla.

Primero fue Sant Josep, y ahora le tocó el turno a un municipal de Santa Gertrudis con un césped magnífico pero que se quedó pequeño para acoger al líder del campeonato. En los grupúsculos de aficionados, como decíamos, se preguntaban dónde estaba Cirio. El pichichi cayó de la lista en el último momento por una microrotura en el isquiotibial que le mantendrá fuera de juego unos días. Quizá fue precaución, pensando en el duelo en Son Bibiloni del próximo sábado.

El tropezón inesperado en Petra encendió mínimamente alguna alarma en un equipo donde todo parecía ir como la seda desde la llegada de Toni Amor. Ni más ni menos que siete victorias en sus siete primeros partidos y un parcial demoledor de 28 goles a favor y 0 en contra. Esa era la racha del míster mallorquín que murió en el campo del colista.

Problemas
Ese resbalón, sumado a jugar una vez más en un campo extraño, y que delante estaba un Platges de Calvià que quiere romper la banca este año entrando en play-off, hacían prever que no sería un duelo fácil. Y no lo fue, en sus primeros compases. La UD tuvo problemas para crear peligro, y tan sólo alguna acción puntual de Terán, o algún intento de Gregori, estuvieron cerca de romper la igualada. Los visitantes, a lo suyo, no parecían sufrir demasiado, bien plantados sobre el verde.

De lo mejor de la primera parte fue comprobar la recuperación de Carlos Tomás. El central ibicenco actuó de mediocentro y se le vio bien, incluso con ánimos de incursionar en el área. Por lo demás, muy espesos los vileros ante la atenta mirada, una vez más, de Amadeo Salvo. No se pierde (casi) ninguna el hombre fuerte de Power Electronics.

Los minutos pasaron y todos los intentos unionistas fueron infructuosos. El único que tenía algo que celebrar en la primera mitad era el técnico del Platges, Carlos Marínez, que supo maniatar a los rojos perfectamente. Bueno, Martínez y el encargado del bar del campo, que hizo su agosto en noviembre a costa de la numerosa parroquia vilera. Descanso, y a otra cosa.

No hubo tiempo para que aparecieron los nervios. Prácticamente en la primera jugada tras volver de vestuarios, Cristian Terán se inventó un gol marca de la casa para abrir la lata y serenar la inquietud. El andaluz recogió un balón en banda izquierda, y, con su clásica diagonal en la que deja defensas atrás como moscas que caen víctimas de un insecticida, se ganó posición franca para soltar un trallazo a la red. Gol de Cristian Lionel Terán.

Vuelta a empezar
El gol no cambió demasiado el escenario. El Platges se vio obligado a estirarse pero sus ideas morían en la línia de tres cuartos. La UD, con algún espacio más, encontró alguna ocasión, como un mano a mano que Sultán estrelló contra el meta mallorquín al cuarto de hora de la segunda mitad. También Terán pudo repetir, pero un disparo suyo algo forzado se encontró la manopla del cancerbero.

No aprovechó el Ibiza sus opciones de ampliar la renta y lo acabó pagando. En prácticamente la primera llegada clara del Platges, Josemi se zafó bien de dos rivales y se sacó un gran disparo que Manolo no acertó a despejar del todo, y el rechace lo acabó empujando a la red Flaquer. Jarro de agua frío inesperado, y vuelta a empezar. Quedaba un cuarto de hora.

Pero la UD no supo encontrar el camino de nuevo. Los cambios de Toni Amor no surgieron efecto y la victoria volvió a escaparse, con un guión prácticamente calcado al de siete días atrás en Petra. Habrá que mejorar en Son Bibiloni y, quizá, poner un Cirio a la vida.

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