Paco Natera Este Ibiza es de otra galaxia, un equipo que no se rinde jamás, que gana y golea cuando sus jugadores dicen y que tiene enamorada a su afición, que no se harta de ver y celebrar chicharros, uno detrás de otro (16 en los últimos tres partidos). El conjunto que entrena Toni Amor ha aplastado este mediodía al Manacor después de firmar una segunda parte bestial, apabullante, con un fútbol de muchos quilates, un fútbol de dibujos animados.
El primer tiempo no fue bueno para los locales; de hecho finalizó sin goles en el marcador. Lo intentó el Ibiza, pero estuvo espeso en ataque ante un rival sin complejos, bien armado en defensa, intenso en la presión y que saltó a la hierba de Can Misses en busca de la sorpresa tratando de cazar alguna contra. Al Ibiza, pese a gozar de alguna oportunidad de gol, se le enquistó el partido y entre bostezo y bostezo de la hinchada, se llegó al intermedio.
Pero tras el paso por vestuarios todo cambió. La charla de Toni Amor a sus futbolistas en la caseta surtió efecto porque el equipo saltó con otra marcha, con más brío y chispa. Además, la entrada al campo de Gámiz sirvió de revulsivo para un Ibiza que seguía siendo superior al Manacor, pero no en el marcador. Y en el minuto 57, el partido dio un giro copernicano cuando Cascón logró abrir la lata. Ahí acabó la resistencia del bloque mallorquín y se soltó la melena el ibicenco.
El Ibiza cogió el toro por los cuernos, se hizo amo y señor del balón e inclinó el terreno de juego hacia la portería rival. Los de Vila pusieron patas arriba al Manacor con un fútbol total y Cristian Terán, en el 65, estableció el 2-0 para alegría de la afición unionista. El estadio era un clamor y en plena vorágine de la fiesta subió el 3-0 al marcador. Cirio reventó la red con un golito marca de la casa (m. 68).
El Manacor estaba roto y su entrenador, frustrado en la banda ante la avalancha de fútbol del Ibiza, que gustaba y se gustaba. El equipo de casa volaba en el campo y que cayera el cuarto gol era cuestión de tiempo. En el minuto 82, Cristian Terán firmó el 4-0, rubricando su particular doblete en una tarde gloriosa. Ovación y aplausos del público, que gozaba con los suyos, un grupo de jugadores que no quiso despedirse del partido sin dar el último golpe al Manacor. Fue Cirio el que dio la estocada en el 86 para completar el manotazo.
Al Ibiza no hay quien lo pare. Este Ibiza empieza a dar mucho miedo y ya da igual que sus rivales le reciban con planteamientos ultradefensivos. Da lo mismo. El balón acaba viendo portería más tarde o más temprano porque esta plantilla los tiene muy bien puestos y porque estos jugadores, todo hay que decirlo, son muy buenos. La escuadra de Vila, que ha certificado su cuarta victoria seguida (séptima de la temporada), se colocal como líder provisional de la Tercera balear a la espera de lo que haga el Mallorca B esta tarde.
La trayectoria del bloque ibicenco no puede ser mejor y las sensaciones que transmite a la grada son maravillosas. Da gusto ver jugar a los Gámiz, Cruz, Cascón, Cirio y compañía, futbolistas que parecen sacados de una PlayStation. Esta temporada, Can Misses promete ser una fiesta y la afición lo sabe; por eso sube al estadio a animar a su equipo y a disfrutar con los goles de sus estrellas, que no piensan en otra cosa que brillar y brillar para lograr el ascenso a Segunda División B.