David Alba Hace apenas unos días la prensa denunció el caso de Zaira Morales. Esta niña asturiana de 14 años perdió la ilusión de ser árbitro cuando desde la grada, mientras pitaba un partido de alevines, un padre la insultó, mandándola a ejercer la prostitución. Por desgracia, Zaira no es la única que ha sufrido la ira de estos padres más preocupados por el desarrollo del juego que por la educación de sus propios hijos. En San Carlos tienen bastante claro que la formación de los niños en los valores del fútbol debe incluir, también, a los progenitores. “Lo importante es que el niño se divierta jugando y entienda la importancia del compañerismo y el respeto”, asegura el coordinador del club, David Marín, que mantiene, además, reuniones con los padres para reforzar esta postura durante los encuentros del fin de semana.
En la actualidad, el equipo de Santa Eulària cuenta con un total de cinco equipos repartidos hasta infantil. De momento, no hay intención de crear equipos cadetes, juveniles o regionales (aunque no se descarta). Lo importante, en palabras de Marín, es “no pensar más allá” de lo que se tiene sin planificarlo debidamente. El club aprendió esta triste lección hace apenas cinco años cuando estuvo a punto de desaparecer por querer abarcar más de lo que podían apretar. “Se tuvieron que tomar decisiones complicadas”, recuerda el coordinador. El San Carlos pasó de tener representación en todas las categorías a tenerla, sólo, hasta alevines. Pero poco a poco el club va repuntando y esta temporada ya ha vuelto a incluir un equipo de infantiles.
Sin embargo, es difícil competir con su rival de toda la vida: la Peña Deportiva. “La Peña es muy grande y casi todos los chicos van allí”, explica Marín. Entre los motivos que influyen en los padres está la cercanía del club des riu. Por eso, el coordinador ha hablado con el Ayuntamiento de Santa Eulària para que les eche un cable con el transporte. Esa ayuda consistiría en un autobús que trasladaría a los niños de población a población. Pero no sería la única acción que llevarían a cabo. El club habilitará una sala para que se den clases de repaso, de inglés y charlas sobre fútbol cuando la meteorología no acompañe.
De todas formas, a pesar de la histórica competencia con la Peña Deportiva por razones obvias y por seducir a los niños del municipio, el San Carlos señala que sus relaciones han mejorado mucho en los últimos tiempos. Los clubes de Santa Eulària se dan la mano para organizar determinados eventos. “Si no colaboráramos estaríamos transmitiendo un mensaje opuesto del que deseamos inculcar en los niños”, sentencia Marín.