David Alba Las lágrimas corren por el rostro de Tortosa. Se abraza con el delegado y se miran con la complicidad que da el tiempo compartido en los vestuarios, en las interminables charlas, en las grandes victorias, pero -también- en las dolorosas derrotas. Esta noche se comunican con los ojos. El entrenador observa el banquillo. Todos sus jugadores se han ataviado con un pedacito de cielo. El cielo desde el que Kiko Serra les mira con orgullo paternal. La ilusión de un presidente, la ilusión de equipo, la ilusión de un pueblo. Son campeones. Y no ha sido nada fácil. Por eso cuando la prensa le acerca los micrófonos agradece el gran trabajo que han hecho tanto el Ciudad de Ibiza como Sa Deportiva. Porque ambos han llevado al Sant Jordi al límite y le han mostrado la dura senda a seguir si quieren ascender a Tercera. Este es el camino.
El TDA del Sant Jordi
El legendario Portmany quiso poner su granito de arena en esta enseñanza pero, esta vez, se estrelló contra sus propios límites. El Sant Jordi fue superior aunque tiene que ir al médico para hacerse ver ese TDA (Trastorno de Déficit de Atención) que sufre en ocasiones durante los partidos si quiere ascender. En todo lo demás parece que funciona bastante bien. En esta ocasión, el balón parado fue la herramienta que usó el conjunto jordier para enterrar a los bermellones en la primera parte. Dos testarazos (uno de Titi a la salida de un corner y otro de Youssuff) allanaron la victoria.
El tercer gol, obra de Ramos, sentenció el partido. Y, desde ahí, apagón general del Sant Jordi que se relajó demasiado a pesar de que pudo ampliar el margen en dos jugadas aisladas a la contra. El Portmany se hizo con la posesión y con más empeño que ideas acorraló al equipo de Tortosa durante prácticamente toda la segunda parte. El tanto de Adrián Galera, bastante activo por la banda derecha, redujo diferencias e hizo creer a sus compañeros que se podía repetir el empate in extemis de la primera vuelta (eso y que no querían ser humillados delante de su público). El encuentro se abroncó y en algunas ocasiones los jugadores dejaron el balón de lado para calzarse los guantes.
La tensión tuvo su punto culminante en la última jugada de peligro del partido en el que un enfrentamiento entre el portero local (Adri) y el grandullón del Sant Jordi (Lara) acaba con le expulsión del portmanyista Alejandro. En el recorrido al vestuario, el expulsado, incluso, tuvo sus más y sus menos con el público del Sant Jordi que fue mayoría en el Municipal de San Antonio. Tras el pitido final, los jugadores del Portmany saludaron deportivamente a los campeones que celebraron con su público el título liguero. Un título que tiene un especial significado para todos los jordiers por las ganas que tenían de honrar la memoria de una persona excepcional. “Va por ti Kiko”.