Ernesto González Siempre se ha hablado de lo trabajadores y empecinados que son los alemanes cuando se proponen cosas. Eso ocurrió con Patrick Hadler, quien se propuso marcar goles sin tregua en una edición del FIFA con la selección germana al humilde combinado de las Islas Cook, terminando con un resultado espectacular: 321-0. Esto supone un auténtico y reconocido Récord Guinness, gracias al cual saldrá en la edición de récords de 2014 que organiza la popular casa cervecera.
A sus 19 años, este joven gamer ha conseguido formar parte de la selecta lista de plusmarquistas mundiales gracias al videojuego del Mundial 2014 de la FIFA, creado por la casa EA Sports. Tras ver el récord de su antecesor, Jacob Gaby, quien goleó 189-0 al Fulham en FIFA 12, a Hadler se le ocurrió que podía batir esa marca y no dudó en ponerse manos a la obra para lograrlo.
Eligió deliberadamente la mejor selección del mundo bajo su control y uno de los rivales más debiles del juego, las Islas Cook. Sonó el pitido inicial y ahí comenzó el auténtico festival de goles. Marcaba, regresaba al centro del campo, robaba el balón y volvía a marcar, así una y otra vez hasta llegar a los 321 goles. Puede sonar aburrido, pero el joven germano ha logrado así colgar de su habitación de Hannover la placa que le indica que ha logrado un Récord Guinness mundial.
Cabe decir que el alemán hizo algo de ‘trampa’ poniendose 20 minutos de partido (la máxima duración que te permite el videojuego) y modificando los ajustes de sus jugadores y de los de la CPU, poniendo a sus delanteros una precisión del 100% o una capacidad del 0% para detener balones al guardameta rival.
Hadler siempre ha sido un fanático de los videojuegos y de los libros de los récords, una mezcla explosiva que ha desembocado en este resultado. Su primer juego de fútbol fue el FIFA 2000 para la primera Play Station, tras el cual se ha hecho con todas las ediciones posteriores, con las que ha jugado casi todos los días. “Es gratificante lograr un récord mundial y saber que nadie es mejor que tú”, comentaba el humilde jugador.