Billete a Lisboa, misión casi imposible

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El presidente de la peña madridista, José Muñoz, junto a sus hijos, en Can Tixedó.
El presidente de la peña madridista, José Muñoz, junto a sus hijos, en Can Tixedó.

diariodeibiza.es Las aproximadamente 65.000 butacas del estadio Da Luz, en Lisboa, se antojaron escasas después de conocerse los contendientes de la final de la Liga de Campeones del próximo sábado. Desde ese instante, comenzó una carrera contrarreloj de los millones de seguidores que tienen el Real Madrid y el Atlético de Madrid en todo el mundo por conseguir una entrada para uno de los mayores eventos deportivos del planeta. Y en las Pitiusas no ha sido diferente.

La peña madridista Can Tixedó es un lugar de culto para todos los aficionados merengues en la isla. El local rezuma madridismo por cada esquina. El presidente, José Muñoz, y su kilométrica barba son uno de los emblemas de los seguidores blancos.

La experiencia le dice que no debe ser demasiado optimista, y no espera los tiques del conjunto blanco. «Pedimos las entradas por la vía oficial, pero si no recibimos en anteriores ocasiones no creo que esta sea diferente», lamenta el barbas a falta de escasos días de que se dispute el choque.

El club tiene un proceso estipulado para repartir las escasas plazas sobrantes después de repartirlas a los socios, autoridades y diferentes compromisos. En total, 800 entradas para 1.500 peñas. Y algunas solicitudes llegan al medio centenar. «En primer lugar tienen preferencia las peñas del extranjero, en segundo van las madrileñas y después las de las islas. Los últimas son las de la Península», apuntan.

Lo tiene todo preparado para marchar si se produce una llamada desde Madrid. No en vano, esta no sería la primera ocasión en la que presencia en directo el máximo espectáculo del balompié continental. Ya disfrutó de la victoria en la Séptima y en París, donde el Real Madrid derrotó 3-0 al Valencia que entrenaba el preparador argentino Héctor Cúper.

Mejor fortuna tuvieron los hermanos aficionados al club de Chamartín Vicente y David Madrid. Ambos se inscribieron a la venta oficial de la UEFA en el mes de marzo, cuando su equipo todavía tenía que enfrentarse al todopoderoso Bayern de Múnich, máximo favorito a la victoria en la competición. «Nos apuntamos para ver si teníamos suerte. Solo queríamos ir a verla si llegaba el Madrid, aunque sabíamos que venderlas sería fácil en caso de caer eliminados», explica David, quien indica que la reserva la realizó por Internet y necesitó dejar una forma de pago. Unas semanas después dos entradas para el partido llegaron a la isla desde Suiza, donde la UEFA tiene su sede principal.

Sin embargo, después de la alegría llegó el susto: los precios de las habitaciones. «Encontramos hoteles muy sencillos de dos estrellas por 1.000 euros la noche. Aunque creo que al final han bajado las tarifas según se ha ido acercando el día», indica David Madrid. Pero otros compañeros sí fueron más avispados: «Un amigo reservó también la habitación en marzo y dormirá en Lisboa a precio normal. Pero a nosotros ni se nos pasó por la cabeza», lamenta.

Finalmente consiguieron dos pases de nivel 2 (a 290 euros cada uno), decidieron alojarse en Madrid (180 euros la doble) y desplazarse en autobús (por 60 euros). En total, la experiencia les saldrá mínimo por 880 euros a ambos.

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